San Sebastián, 22 sep (EFE).- El director de cine francés Thierry de Peretti disecciona en su película "Undercover", inspirada en hechos reales que se recogieron en el libro "El infiltrado", una investigación periodística sobre la lucha contra las drogas que se llevó a cabo con gran escándalo en 2015 en Francia.
El director quería mostrar, dijo, "cómo se escribe la noticia, cómo se fabrica un escándalo", máxime teniendo en cuenta que los personajes principales son auténticos y que la historia que cuenta es exactamente cómo Francia afrontó la lucha contra el narcotráfico, no siempre de la manera más limpia.
De Peretti lo explicó en la rueda de prensa de presentación de su cinta, que compite en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián (norte de España), a la que acudió apoyado por Vincent Lindon, quien interpreta al director de la Oficina Central para la Represión del Tráfico Ilícito de Estupefacientes (Ocrtis), protagonista del escándalo.
"Undercover" comienza con la incautación de siete toneladas de hachís en pleno centro de París en 2015 y la investigación que se llevó a cabo al respecto y que acabó con el director de la Ocrtis encausado por su presunta implicación.
El actor Roschdy Zem es Hubert Avoine, el "topo" de la Ocrtis que decidió contar su historia a un periodista del rotativo "Libération", Emmanuel Fansten, encarnado por Pio Marmaï.
Fansten y Avoine pasan años compartiendo confidencias, ya sea de la mesa de redacción del periódico o de reuniones entre narcos, que uno y otro deciden publicar, primero en el diario y luego convertido en el libro ,"El infiltrado: De la caza de Chapo Guzmán al escándalo de las drogas en Francia en 2017".
Ese material es el que sirve de base a De Peretti, aunque el francés prescinde de todo artificio: da cuenta de lo sucedido sin inmiscuirse y sin resaltar detalles, sin estridencias ni concesiones, ni siquiera cuando estalla el escándalo y se descubre que el Estado favorece a los traficantes y los protege si con ello se asegura desarticular las otras redes.
"Todo lo que aparece en la película es verdad, todas las palabras que se dicen se han dicho, lo cual no quiere decir que cuando se dijeron fueran verdad", señaló el director, quien explicó que los diálogos se construyeron sumando "un montón de entrevistas, de sesiones, de reuniones. Todo es verdad y, a la vez, todo es ficción".
Tras definir la cinta como un género a medias entre los subgéneros de "películas de drogas y de investigación", afirmó que se siente influido por cintas como "All the President's Men" ("Todos los hombres del presidente") o "Zodiac" y por el cine chino, "o más bien taiwanés", aunque ha sustituido toda la acción de ambas por palabras.
"Lo que cuenta es la temporalidad y la fluidez la palabra, esa es la acción, no hay armas, ni tiroteos, ni persecuciones: la hacemos atractiva con la palabra", indicó.
Lindon, por su parte, reveló que nunca afronta un personaje considerando si es "bueno o malo" y que suele trabajar desde muchos meses antes de rodar "absorbiendo" detalles que van "encajando en su cerebro" para luego incorporar espontáneamente a su personaje: "Actúo como un animal", subrayó.