Hace un año me contagié de covid y debido a que no pude salir durante unos días a comprar comida de calle como lo acostumbraba la mayoría de las noches, mi esposa se encargó de comprar alimentos para cocinar en casa. Ese fue el reinicio de nuestro estilo de vida de alimentación saludable.
Ya habíamos intentado comer sano en 2012, pero a medida que pasaba el tiempo, la vida se volvía más ocupada y siempre era más fácil comprar en taquerías, pizzerías y cadenas de hamburguesas conocidas mundialmente.
Ahora, nuestra dieta diaria ha cambiado, consistiendo en porciones más pequeñas, pero más constantes, evitando alimentos altos en grasas saturadas, carbohidratos y azúcares, incluyendo refrescos y jugos.
A finales de 2021 llegué a mi peso más alto de 255 libras, y ahora estoy en 190.
Para aclarar, no soy un experto en alimentos saludables ni un dietista, y le recomiendo antes de cambiar su estilo de vida que se eduque y hable con profesionales capacitados.
Lo que sí puedo asegurar es que, debido a nuestros hábitos alimenticios, me siento mejor que nunca y no tengo antojos de comida o golosinas que me harán daño con el tiempo.
La clave, para nosotros, ha sido la dedicación, la constancia y la paciencia, y aunque puede ser tedioso, la preparación por las noches de las comidas del día siguiente es una ayuda enorme.
Nuestro compromiso se apega al mediterráneo, que incluye cereales integrales, frutas, verduras, mariscos, frijoles, nueces, y limita las carnes rojas y los alimentos azucarados.
Comemos cuatro veces al día entre tres y cinco horas. Para mí eso es el desayuno a las 9 a.m., el almuerzo a la 1 p.m., la merienda a las 6 p.m. y la cena a las 10 p.m.
Nuestros desayunos y meriendas consisten principalmente en yogur griego natural con fruta fresca, nueces y cereales integrales, o pan integral con mantequilla de maní o de almendras, un huevo y fruta fresca como acompañamiento.
Para almuerzos y cenas disfrutamos verduras frescas, frijoles o garbanzos como proteína; elegimos aguacate o nueces como grasas saludables y arroz o pasta integral entre granos.
Limitamos la ingesta de sal, teniendo cuidado con la cantidad de sodio en los alimentos que compramos, pero también, en la mayoría de las comidas, no agregamos sal, sino que condimentamos con pimienta, cebolla en polvo y ajo.
Y aunque nos alimentamos cuatro veces al día, las porciones son pequeñas. La mayoría de las veces: una taza de fruta, dos tazas de verduras, media taza de arroz o pasta, tres cuartos de taza de yogur y media taza de legumbres.
Así que este año 2023, recuerde informarse y hablar con expertos cuando prometa un estilo de vida dietético más saludable, pero lo más importante: “sea paciente y constante, que cuando menos lo espere, verá los resultados positivos de su cambio”.
-----------------
FOTO: (Cortesía/Frances Romero)