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Shakira, una madre que ya no llora

por Sandra Corcuera (sandra.corcuera@lamegamedia.com)


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La colombiana Shakira, una de las artistas más exitosas y talentosas en la actualidad, está estrenando su primer álbum en siete años. Confesó que dejó de lado su carrera ese tiempo para que su pareja pudiera seguir con la suya. 

No es nada nuevo que una madre sacrifique la profesión por su familia. Tampoco es novedad que a una mujer le sean infiel a vista de todo el mundo y sea la última en enterarse.

Lo que sí ha sorprendido es la maestría con la que dejó de llorar para empezar a facturar millones de dólares, con la misma materia prima que antes la destruyó: traición e infidelidad. 

“Tuve que recoger mis propios pedazos y juntarlos nuevamente... y el pegamento fue la música”, confesó la artista en diversas entrevistas. 

En 2010, Shakira y el jugador del FC Barcelona Gerard Piqué se enamoraron, y fue ella la que se mudó a España sola para vivir con él. 

Después de 12 años, y con dos hijos en común, anunciaron su separación. Para ese entonces Piqué ya tenía un año de relación con Clara Chía Marti, una joven de su equipo de trabajo que Shakira también conocía. 

Mientras la colombiana les lloraba a sus suegros al sentir que algo pasaba, ellos le habían estado prestando a su hijo un departamento para encontrarse con su amante. Así estuvo la doble traición, de pareja y de familia.

Por recomendación de su terapeuta, Shakira transformó todo ese dolor en arte. Y, tal vez sin pretenderlo, se convirtió en la vocera de las mujeres engañadas del mundo, sobre todo quienes tuvieron que callar, aguantar el dolor y la ira en silencio; aquellas que sólo pudieron llorar y seguir adelante de forma discreta, sin quejarse, como bien manda el patriarcado.

“Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, es una de las frases más icónicas de la música en los últimos años (“Music sessions #53, con Bizarrap), donde Shakira destripa con nombres propios a los implicados en esta historia de cuernos: al susodicho, a la amante, y hasta la suegra se lleva lo suyo. 

Aunque el equipo de la cantante sugirió suavizar la letra, la respuesta fue un rotundo no. “¿Quién tiene que decirnos a nosotras cómo secarnos las lágrimas y cómo sanar? Nadie tiene el derecho de hacerlo”, afirmó Shakira, quien –sin filtro– se vació en sus canciones y videos. 

En “Monotonía” mostró el hueco que se le abrió en el pecho al enterarse de todo. “Es que así me sentía”, reiteró. Y su corazón fue pisoteado por el zapato de un hombre que llevaba el mismo suéter que Piqué en el video de “Me enamoré”. 

Shakira llora en “Monotonía”. Cuando el director dice “corten”, también. Su equipo de rodaje la vio en silencio, triste, reviviendo el dolor y mostrando su herida totalmente abierta. 

Los videoclips de este disco están llenos de mensajes y de símbolos que describen todo el proceso tras esta infidelidad, las emociones, el camino de derrumbe, su posterior reconstrucción, así como el resurgimiento como mujer y artista.

Luego de una dolorosa batalla legal con su ya expareja, Shakira grabó el video “Acróstico” con sus dos hijos en casa, rodeada de cajas, un día antes de dejar Barcelona para mudarse a Miami. La canción narra cómo el amor por ellos la sostiene en este golpe de la vida. Milan y Sasha, de 11 y nueve años hoy, fueron testigos de la creación de este tema en el “home studio” de Shakira. Quisieron ser parte cantando, apareciendo en el video y, así, los tres juntos cierran este capítulo. 

Las críticas le llovieron a Shakira por involucrar a los niños en su ruptura. Ella cuenta que a los hijos no se les puede mentir ni ocultar la verdad, porque de lo contrario, crean la suya propia. 

Como artista latina, ha sido pionera y visionaria en tendencias musicales. Introdujo el reguetón al mundo del pop con “La tortura” junto a Alejandro Sanz en 2005. Reventó el mercado anglo sacando un mismo disco en español y en inglés (Servicio de lavandería). 

Ha roto paradigmas, ha tomado riesgos, ha llevado a la música latina a niveles jamás alcanzados antes de ella. 

Ahora, ha demostrado que la vulnerabilidad es una fortaleza, con la que toda mujer y madre puede transformar sus lágrimas en un renacimiento, y así como ella pudo, empodera para que todas lo logren.

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*“Las mujeres ya no lloran” fue disco de platino siete veces antes de siquiera haber salido a la venta. En las primeras 24 horas, se convirtió en el más escuchado. (Facebook/Shakira)

 

 

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