También conocida como la “fiesta de las luces”, Hanukkah se celebra este año entre el 10 y 18 de diciembre.
Colmada de simbolismo, historia y tradiciones milenarias, esta conmemoración nos deja un mensaje de luz que puede ser compartido más allá de la religión judía.
Milagro de luz
La esencia del “festival de luces” judío, el cual se lleva a cabo por ocho días consecutivos en diciembre, consiste en la iluminación de la Menorah (candelabro), plegarias especiales y alimentos fritos.
En el siglo II AC., “Tierra Santa” estaba gobernada por los seléucidas (griegos sirios), que trataron de obligar al pueblo israelita a aceptar la cultura y las devociones griegas en lugar de la observancia y la creencia mitzvah en Dios.
Contra todo pronóstico, una pequeña banda de judíos fieles, pero mal armados, dirigidos por Judá el Macabee, derrotaron a uno de los ejércitos más poderosos de la tierra, expulsaron a los griegos, recuperaron el Santo Templo en Jerusalén y lo rededicaron al servicio de Dios.
Cuando trataron de iluminar la Menorah del templo, encontraron sólo una costra de aceite de oliva que había escapado de la contaminación griega.
Milagrosamente, la encendieron y el suministro de aceite suficiente para un día, duró ocho, hasta que se pudo preparar nuevo aceite en condiciones de pureza ritual.
Ocho noches
Cada hogar judío que festeja esta tradición, enciende una o más menorahs comenzando en la primera noche de Hanukkah.
El candelabro contiene nueve llamas, una de las cuales es la shamash (“la asistente”), que se utiliza para encender las otras ocho luces.
En la primera noche, se prende una sola llama. En la segunda, se ilumina otra y así sucesivamente. Para la octava noche de Hanukkah, las ocho ya están encendidas.
Plegarias y canciones especiales se entonan en celebración del milagro de la luz.
Debido a que ese milagro de Hanukkah involucró aceite, es costumbre comer alimentos fritos.
El clásico de Europa del Este es el latke de patata (panqueque) adornado con compota de manzana o crema agria, y el favorito israelí es la sufganya, una dona rellena de gelatina.
Los niños disfrutan del juego tradicional “draidel” (trompo) y reciben monedas de chocolate.
Hecho curioso
Es curioso notar que no hay mención de la celebración de Hanukkah, ni de los acontecimientos históricos que llevaron a su establecimiento, en ningún pasaje de la Biblia.
El relato más detallado de la historia de Hanukkah está contenido en los primeros dos libros de Macabeos. Sin embargo, no están en la Biblia Hebrea.
Si bien no es una de las celebraciones más religiosas e importantes de la comunidad judía, especialmente la ortodoxa, es una de las más alegres y cálidas, con un mensaje de esperanza y cargado de simbolismo que deja la enseñanza de que a pesar de las dificultades, “nuestra luz interna nos guiará a través de la oscuridad”.
Tiempos de pandemia
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tiene algunas recomendaciones para ayudar a contener la propagación del COVID-19 durante estas festividades de tradición religiosa:
-Organizar todo de manera virtual, cuando se trate de personas que no viven en su hogar.
-Limitar el número de individuos que se reúnan en lugares cerrados y con poca ventilación.
-Si planea una reunión, hágalo en el círculo familiar más inmediato, es decir solo con las personas que viven con usted.
-Recuerde seguir todos los protocolos de higiene.