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Cultura

Puerto Rico: Resiliencia en una colonia de Estados Unidos

por Hugo Marín (hugo.marin@lamegamedia.com)


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Puerto Rico es un pequeño archipiélago afrocaribeño y latinoamericano que en 1898 fue militarmente invadido por los Estados Unidos. Desde entonces, este ha sido sometido a un sistema de gobierno colonial donde sus residentes –a pesar de ser ciudadanos estadounidenses– son institucionalmente tratados de forma desigual. 

El resultado de más de 125 años bajo el coloniaje ha sido devastador: una billonaria e impagable deuda pública, decadencia infraestructural, inflación desproporcionada, gentrificación, desplazamiento, pobreza, y una población constituida por adultos mayores. 

Crisis humanitaria

Puerto Rico enfrenta una crisis humanitaria que obstaculiza la calidad de vida de quienes allí viven y además amenaza contra su bienestar físico y emocional.

La privatización del sistema energético, ahora en manos de una empresa estadounidense, ha provocado una inestabilidad de este servicio esencial que es crasamente insostenible. 

A diario son cientos de miles las personas que experimentan apagones, en ocasiones extendiéndose por meses.  

Las interrupciones en el servicio eléctrico de igual forma impactan hospitales y comercios, estas pueden ser nefastas para personas que necesitan de equipos médicos para vivir y aquellos que requieren de tratamientos como el de diálisis. 

Por otro lado, los mecanismos utilizados para generar el flujo y distribución del agua potable trabajan a base de electricidad, las fallas del servicio por ende dejan a comunidades enteras desprovistas también de este preciado líquido.

Puerto Rico no tiene un modelo económico, como medida para la creación de empleos, las últimas administraciones gubernamentales han apostado en la industria del turismo. Esta, en combinación con leyes de incentivo para inversionistas extranjeros, ha dado paso a una proliferación desmedida de un mercado de alojamiento a corto plazo (Airbnb).

Ante la falta de legislación o regulación, la tendencia desató una crisis de vivienda, la gentrificación de vecindarios vulnerables y, consiguientemente, el desplazamiento de familias.

De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Puertorriqueños de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, la población de Puerto Rico mermó en un 11.8% entre el 2010 y el 2020, Esto representa un total aproximado de 440 000 boricuas. 

Una abrumadora mayoría de quienes emigraron son personas de edad prima para la fuerza laboral. De acuerdo con datos publicados por el Departamento de Salud, 8 000 doctores abandonaron Puerto Rico en los pasados 10 años. 

El éxodo de galenos, en adición a un número no específico de otros profesionales de la salud, han causado un colapso en los servicios médicos del país, afectando especialmente las áreas de medicina interna, cirugías, salud mental y salas de parto. 

Impotencia democrática

Los Estados Unidos se proyecta ante la comunidad internacional como un baluarte de la democracia e indiscutible defensora de ella. Sin embargo, los residentes de Puerto Rico no tienen derecho a votar por el presidente. Aunque sí pueden elegir a su propio gobernador, este puesto es uno prácticamente emblemático. 

En 2016, Puerto Rico perdió elementos de autogobierno cuando el entonces presidente, Barack Obama firmó la ley PROMESA. En esta se establece la imposición de una Junta de Control Fiscal nombrada por el Congreso (de EE. UU) y con poderes que van por encima de todo oficial electo, incluyendo al gobernador. 

Desde una perspectiva moderna, el consenso general repudia los regímenes coloniales como ha quedado ejemplificado en la solidaridad de grupos progresistas con el pueblo palestino en Gaza. No obstante, la subyugación del territorio puertorriqueño parece perpetuarse con el desconocimiento de la población en general, el desinterés del Congreso y cualquier presidente ya sea demócrata o republicano.

Mientras en los Estados Unidos se celebra el Mes de la Herencia Hispana, en el archipiélago de Puerto Rico, 3.2 millones de latinos –legítimamente ciudadanos americanos– luchan cada día por sobrevivir en un “territorio” estadounidense. Para ellos, vivir se ha convertido en un acto de resiliencia y resistencia. Merecen algo mejor. 

 

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*La Organización de las Naciones Unidas define al colonialismo como un crimen y la resolución 1514 (XV) proclama “la necesidad de poner un fin rápido e incondicional al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”.

 

**Irlanda del Norte, Gaza y Puerto Rico son tres de los últimos territorios coloniales en tiempos modernos. Este sistema de gobierno ha sido declarado un crimen contra la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas. (La Mega Nota/Hugo Marín)

 

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