Roberto Clemente es sinónimo de Pittsburgh, su vida y legado es admirado por todos en la ciudad trascendiendo más allá de divisiones étnicas y raciales. Un puente, un museo, una estatua y múltiples murales rinden honor a su nombre. Sin embargo, en el estado de Florida, la historia de esta leyenda parece ser considerada institucionalmente ofensiva y controversial.
Roberto Clemente fue un gran deportista y ser humano que perdió la vida camino a Nicaragua llevando suministros para las víctimas de un devastador terremoto. Sin lugar a duda, una persona ejemplar e inspiradora de la que nunca se ha dicho nada negativo.
Una ley estatal en Florida que restringe el contenido de los libros en las escuelas abrió paso a que “Roberto Clemente, Pride of Pittsburgh Pirates” –un texto biográfico del pelotero diseñado para niños– fuera censurado y removido de las bibliotecas en el condado de Duval. La obra fue escrita por Jonah Winter e ilustrada por Raúl Colón.
Además de Roberto Clemente, también se eliminaron biografías de la honorable jueza del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor y de la popularísima cantante cubana Celia Cruz.
La razón por la que censuraran –argumentan– fue por tratar el tema del racismo que estas personas célebres enfrentaron en sus carreras profesionales y en el plano personal.
Grupos conservadores, en su mayoría partidarios republicanos, están prohibiendo la enseñanza y capacitación antirracista en salones de clase y lugares de trabajo a través de todo el país.
En los últimos años, oficiales republicanos electos –en casi la mitad de los estados que componen la nación– han propuesto proyectos de ley que tienen como objetivo obstaculizar las discusiones educativas sobre raza, el racismo y la opresión sistémica en los EE. UU.
En el verano de 2020, el entonces presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que restringía los entrenamientos sobre diversidad y prejuicios por parte de agencias gubernamentales, un hecho que convirtió esta perspectiva de pensamiento en una tendencia nacional.
Ya para el 2021, tanto en Ohio como en Pensilvania se habían propuesto legislaciones para prohibir el tema del racismo en currículos escolares y adiestramientos laborales.
La razón por la que los conservadores están tomando estas medidas se basa en el potencial impacto emocional que genera la discusión del racismo en niños blancos y la animosidad que esta pueda generar entre estudiantes.
No obstante, el discrimen racial es real y en la actualidad afecta negativamente a toda persona que no es de tez blanca. Las burlas que recibió Roberto Clemente por parte del público y hasta de reporteros debido a su acento hispano cuando hablaba inglés es una experiencia con la que muchos latinos se pueden relacionar.
Clemente era también negro y como jugador de los Piratas pasaba gran parte de la primavera en el campamento de entrenamiento del equipo, el cual estaba coincidentemente localizado en el estado de Florida. Allí, el astro boricua vivió lo que fue la era de la segregación y se unió al movimiento por los derechos civiles liderado por el Dr. Martin Luther King Jr.
Sus logros como activista social se suman a su labor humanitaria y a los alcanzados en el campo de juego. Lamentablemente, la decisión de privar a la niñez del condado de Duval de conocer sobre un personaje histórico tan noble y talentoso fue tomada por personas que no han experimentado la opresión racial.
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FOTOS: (CC/Jon Dawson)
