La elección de un nuevo mandatario o la reelección del que ya ostenta el cargo prosigue.
En ese sentido, las propuestas en los campos más álgidos –el de inmigración, por ejemplo– aún despiertan algunas dudas.
No ha habido una expresión clara por parte de ningún bando sobre la política inmigratoria interna y externa, lo que se hará con los indocumentados dentro del país, así como la política para detener o regular la inmigración extranjera.
Las últimas medidas del presidente Donald Trump en ese aspecto –suspender las visas de trabajo y prohibir el ingreso de personas provenientes de ciertos países– han sido excusadas por su partido como prevenciones debido a la pandemia.
Se les ha otorgado carácter de “temporal”, dejando abierta la posibilidad de ser revisadas una vez se controle la propagación del coronavirus.
Sin embargo, ya antes de la aparición del virus, el presidente había cerrado el beneficio “DACA”, el programa que evitaba la deportación de jóvenes indocumentados conocidos como los “soñadores”.
En ese aspecto, el lado demócrata liderado por el candidato Joe Biden ha prometido cambios en los primeros 100 días de un eventual nuevo gobierno.
Entre sus promesas, destacan el acabar con la política de separación de las familias, deteniendo las redadas en sitios de trabajo o el enjuiciamiento a menores de edad por faltas leves.
Así mismo, restablecer el beneficio de “DACA” y que víctimas de violencia doméstica y de pandillas puedan acceder a un asilo.
También manifiesta su oposición a la detención de niños por tiempo indefinido, y revertir la norma conocida como “carga pública”, la cual permite denegar visas o permisos de residencia a migrantes ante la posibilidad que éstos recurran a programas oficiales de ayuda gubernamental.
Otro dato importante es eliminar la prohibición de ingreso de ciudadanos de ciertos países, acción ejecutada por el actual presidente desde su llegada al poder.
Existen en la actualidad vetos migratorios contra siete países de mayoría musulmana (Libia, Somalia, Sudán, Irak, Irán, Siria y Yemen).
Otra prohibición más reciente, niega el ingreso a ciudadanos de Nigeria, Birmania, Kirguistán y Eritrea, desde enero de este año.
Sin embargo, no queda muy claro cómo logrará estas medidas.
Por su parte, el lado republicano liderado por el presidente Trump, ha planteado algunas reformas de manera retórica en algunas de sus presentaciones.
Ante una audiencia mayoritariamente latina en Florida, por ejemplo, prometió protección y una salida legal a los refugiados venezolanos que huyeron de el régimen venezolano.
Los representantes republicanos recuerdan que Trump fue el primero en respaldar a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela en enero de este año. Y que incluso, el Departamento de Justicia ofreció una recompensa por la captura internacional de Nicolás Maduro, acusado de pertenecer a un cártel de drogas.
Sin embargo, también es cierto que el presidente dejó abierta la posibilidad hace poco de reunirse con Maduro.