Un joven de 22 años de Ohio está liderando el esfuerzo para que su ciudad natal sea la duodécima en el estado en prohibir la terapia de conversión anti-LGBTQ+. Brandon West impulsa una ordenanza en Lorain, al noreste de Ohio, que prohibiría a los profesionales de la salud realizar estas prácticas con menores. La medida sostiene que las terapias de conversión parten de la "suposición errónea de que las identidades no heterosexuales y no cisgénero son trastornos mentales".
En la primera revisión de la propuesta en el Ayuntamiento de Lorain el 15 de julio, West subrayó que la terapia de conversión ha sido desacreditada y es conocida por causar daños significativos, incluyendo un mayor riesgo de suicidio entre los jóvenes LGBTQ+. La concejal Mary Springowski, quien apoyó la medida, dedicó la propuesta a su hermano menor, Sean, quien se declaró homosexual en 1987 y murió en 2006 a causa de una enfermedad relacionada con el VIH. Springowski recordó cómo algunos amigos de su hermano, repudiados por sus propios padres, pasaron por terapias de conversión que describió como "tortura".
West se inspiró en los otros 11 municipios de Ohio, como Columbus, Dayton, Akron y Toledo, que ya han aprobado medidas similares. La ordenanza de Lorain, basada en la de Akron, establece que las prácticas de terapia de conversión incluyen métodos como descargas eléctricas y privación de alimentos, que aumentan significativamente el riesgo de suicidio entre los jóvenes sometidos a ellas. Aunque la propuesta no fue aprobada de emergencia, West confía en que se aprobará tras el proceso de revisión tradicional, destacando el apoyo mayoritario en la reunión inicial.