Teherán, 20 mar (EFE).- La milenaria festividad de Noruz, el año nuevo persa, se celebra con júbilo en Irán tras sobrevivir a la Revolución Islámica, que ha tratado en vano de eliminar esta festividad pagana.
Cantantes callejeros vestidos de rojo y con la cara pintada de negra anuncian con una pandereta la llegada de la primavera en las calles de Teherán, muchas de ellas con enormes huevos de colores que simbolizan la fertilidad.
En el bazar de Tajrish, en el norte de Teherán, miles de personas hacen compras de última hora en los atiborrados pasadizos del mercado, desafiando al coronavirus que en los dos últimos años deslució esta festividad.
Con una historia que se remonta 3.000 años y que hunde sus orígenes en el zoroastrismo, Noruz o nuevo día se celebra en el equinoccio de primavera y marca el año nuevo persa solar, en este caso el 1401.
FIESTA PAGANA
Tras la revolución islámica de 1979, los ayatolás trataron de eliminar esta tradición, que representa el final de la oscuridad invernal y la llegada de la luz y la fertilidad, al considerar que se trataba de una fiesta pagana anti islámica.
“Pido a todos aquellos que celebran los rituales que llaman Noruz que se moderen este año”, solicitó en 1981 el ayatolá Ruholá Jomeiní, fundador de la República Islámica de Irán.
La llamada del líder supremo fue en vano.
Irán es un país mayoritariamente musulmán y los zoroastras representan una minúscula parte de su población, pero la festividad pervive y quizás sea la celebración más iraní que existe.
“Nos dijeron que no lo celebrásemos, que teníamos en su lugar el Eid al Fitr (fin del ayuno del Ramadán) o el nacimiento del profeta, que son fiestas musulmanas”, dice a Efe un vecino de Teherán.
“Pero Noruz es una festividad importante para nosotros, una tradición muy antigua. Seguimos celebrándolo”, afirma este empresario.
Como explica la escritora Ramita Navai “Noruz y todo lo relacionado con ello es tan importante culturalmente para los iraníes como las festividades musulmanas”, por lo que el Gobierno “no podía ganar” en su intento de eliminarlo.
“Es un recuerdo pagano del zoroastrismo y el régimen lo declaró anti islámico por ello”, continua la también periodista en su libro “City of Lies”, acerca de la capital iraní.
El historiador Ervand Abrahamian explica que tras la victoria de los religiosos el objetivo fue “islamizar Irán”.“Los extremistas pidieron eliminar Noruz del calendario oficial y convertir las antiguas ruinas de Persepolis en un urinario público”, cuenta en su libro “A History of Modern Iran”.
“Para ellos, cualquier signo de respecto por el Irán preislámico rezumaba paganismo”, afirma el historiador.
Tras el fallido intento de eliminar la festividad, el régimen teocrático aceptó la celebración y en algunos casos la adaptó.
Así, muchos líderes políticos y religiosos aprovechan esta ocasión, que suele caer el 20 o 21 de marzo, para dirigirse a la población con discursos.
HOGUERAS
La festividad comienza el último martes antes de Noruz, con el Chaharshanbeh Soori, cuando se encienden hogueras y la gente salta sobre ellas, una práctica que estuvo prácticamente prohibida durante años.
Después, el 20 o 21 de marzo, las familias se reúnen alrededor de siete alimentos cuyo nombre empieza por ese y que no son para comer sino para formar el "Sofreye Haft Sin", literalmente el "mantel de las siete eses”.
Los alimentos son la manzana, el ajo, trigo, lentejas, los frutos "somag" y "sanyed", un dulce de germen de trigo y vinagre.
Cada uno de ellos invoca un deseo, como la salud, la riqueza o el amor.
Además, en la mesa se ponen un espejo para simbolizar la reflexión; huevos coloreados, para la fertilidad y peces dorados, que representan la vida.
Trece días después se celebra “Sizdah Bedar”, una jornada en la que las familias acuden a la naturaleza y hacen picnics.
Esta fiesta pone fin a Noruz.
Incluido en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010, el Noruz es celebrado como principio del año nuevo por más de 300 millones de personas en Asia Central, los Balcanes, el Cáucaso y Oriente Medio.
“Noruz es el comienzo de la primavera, la llegada de la luz, cuando todo florece y las plantas crecen”, dice el vecino de Teherán.
“Seguiremos celebrándolo, es parte de nuestra historia”, asegura.
Jaime León