COLUMBUS, Ohio — Luego de permanecer desde junio del 2018 refugiada en santuario en la Primera Iglesia Luterana Inglesa en East Main Street en Columbus, el 23 de febrero la hondureña Miriam Vargas regresó a su casa.
Durante el gobierno de Trump, ante la angustiosa situación de ser deportados, algunos inmigrantes que corrían ese riesgo por no tener documentos para permanecer en el país, se apoyaron en el memorando firmado por el presidente Barak Obama.
Este decía que los agentes de ICE no podían detener a inmigrantes en iglesias, escuelas y hospitales, declarando santuario a esos lugares.
Acogiéndose a esta figura, durante la administración de Trump, Miriam –aconsejada por abogados y buscando seguridad en la iglesia– se fue con sus hijas de 6 y 12 años por el temor de que la separaran de ellas.
Durante 31 meses, Miriam fue acogida en la iglesia y dice que este período le enseñó a valorar más a las personas, a escuchar los problemas de otros, a desear más las compañías.
Miriam resalta que los días de la pandemia han sido los más duros para ella.
Aparte del encierro en el que estaba, sufrió también por no poder ver sus amistades o a las personas que de vez en cuando se acercaban para compartir.
Ahora, al dejar su refugio, siente que puede “volver a ser una persona normal y estar con mi familia, con mis hijas y con mi esposo”.
También con su perrito Lucas que la acompañó en este período.
Sobre el día que dejó la iglesia, recuerda que se presentó a las oficinas de ICE en Westerville y solamente la acompañó la abogada Jessica Rodríguez-Bell.
Pero a la salida, más de 20 personas –muchos de ellos miembros de la Iglesia Luterana Inglesa– la esperaban para abrazarla. Lloraron con ella de alegría.
El coordinador nacional de Church World Service, el reverendo Noel Andersen, dijo en declaración a un diario de la ciudad, que el número de personas que hay en santuario cambia todos los días.
En Columbus inicialmente, tres mujeres se acogieron a santuario, pero tras la salida de Vargas, en Columbus ya no hay personas refugiadas.
Acogerse al memorando dado por el presidente Biden a ICE, aclaró la abogada Rodríguez, de parar las deportaciones durante 100 días, ha favorecido a Miriam porque ya no se le consideran una prioridad para ser deportada del país.
Ella se siente feliz de poder pasar este Día de las Madres junto a su familia y a todos los que lleguen a su hogar.
Dice que todavía no tiene nada especial preparado para la fecha, “lo importante es estar juntos y tal vez salir de la ciudad”.
Vargas habla que ahora todo es diferente porque puede “tener una vida normal, salir al parque e ir a comprar las cosas que me gustan”.
Sus hijas y toda la familia están felices.
Ahora cocina lo que más le gusta para ella y en su hogar.
Disfruta también de sus pajaritos. Con sus gorjeos le alegran sus días y le recuerdan que está de nuevo en casa.
Por ahora solo espera que le llegue el permiso de trabajo y seguir con sus obligaciones de madre y esposa.
Espera que pronto haya una reforma migratoria, que no se separen más familias.