Bogotá, 22 sep (EFE).- A la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá llegaron este miércoles con sus productos, que van desde cervezas y alimentos hasta prendas de vestir y artesanías, víctimas del conflicto armado y exguerrilleros de las FARC que hoy, casi cinco años después de la firma del acuerdo de paz, siguen comprometidos con la reconciliación.
Blanca Nubia Díaz, una de los 70 emprendedores que participan en el primer Festival Emprende Paz, busca justicia para su hija Irina del Carmen Villero Díaz, que fue violada y asesinada por paramilitares aliados con la fuerza de seguridad en mayo de 2001 en una zona rural del municipio de Albania, en el departamento caribeño de La Guajira.
Esta mujer, que vive en Bogotá desde hace 20 años, llegó al festival para vender mochilas (bolsos artesanales) y manillas que ella misma borda.
"Contamos en las telas nuestras historias, nuestro sufrimiento, lo que hemos pasado (...) Estos espacios son de gran ayuda", asegura a Efe sobre los productos tejidos y bordados que se convirtieron en el emprendimiento de ella y otras mujeres.
Así busca recordar quién fue su hija "porque eso ayuda a sanar", algo que hace junto a otras víctimas en talleres donde tejen en conjunto.
TEJIDOS PARA LIDIAR CON EL DOLOR
También estuvieron en el festival mujeres de la Fundación Color y Esperanza por Nuestros Héroes, madres de soldados que fueron asesinados durante el conflicto armado y que a través de la confección de muñecos claman por acompañamiento ante su dolor.
"El emprendimiento nace a raíz de que no teníamos un acompañamiento psicosocial porque la fuerza pública no tiene una ruta clara de cómo acompañar a las mamás", dice a Efe Gladys Acevedo, madre de un soldado que fue asesinado con un cilindro bomba lanzado por las FARC en el municipio de La Uribe, en el céntrico departamento del Meta en 2012.
Las mujeres de Color y Esperanza, que solo esperan que en Colombia cese algún día la violencia, se sienten "totalmente abandonadas y revictimizadas" y por eso utilizan su emprendimiento para "mitigar el dolor y los traumas" que les deja el conflicto.
"Hacemos los muñecos militares con los uniformes que nos han dejado nuestros hijos. Esto tiene memoria y mientras nosotros estemos vivas, la memoria de nuestros hijos seguirá viva y visibilizaremos la problemática que hay con las mamás de los soldados profesionales asesinados", asegura.
MANTENER LA ESPERANZA
Del otro lado de la plaza estaban ubicados los excombatientes que apuestan por la reconciliación y que en su proceso de reincorporación han trabajado en emprendimientos que van desde la fabricación de alimentos hasta la confección de maletas y ropa.
Uno de esos emprendimientos es la Casa La Roja, un centro cultural ubicado en Bogotá, donde excombatientes ofrecen toda suerte de productos que fabrican sus compañeros en distintas regiones de Colombia.
"Tanto en la casa cultura como el día de hoy tenemos ofertados nuestros productos de todo el país: de Neiva (sur), de Antioquia (noroeste), de Cundinamarca (centro). Traemos nuestra cerveza La Roja Clásica y la rubia, a la expectativa de darnos a conocer mucho más en la ciudad", cuenta a Efe José Rodríguez, quien trabaja en este centro cultural.
La idea de todo esto, según dice, es poder demostrar cómo a través de la reincorporación los excombatientes hacen presencia en territorios en los que no solían estar, como Bogotá, "de una forma amable y con mucho respeto".
"Esperamos que las personas se acerquen a probar unos productos de calidad (...) Se les ha dado una buena recibida y nuestra cerveza La Roja es casi que icónica, hay personas que vienen específicamente a tomar La Roja así haya otros productos ofertados", afirma.
El evento, que tuvo lugar el martes y el miércoles, es organizado por la Alta Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación de Bogotá y hace parte de la conmemoración de septiembre como "El Mes por la Paz", que buscan consolidar a la capital colombiana como "epicentro de paz y reconciliación".
"Esta es una estrategia (...) que busca fortalecer un ecosistema de paz a partir de los emprendimientos económicos que tienen varios actores que han estado en diferentes orillas en el marco del conflicto armado", dijo a Efe Manuela Urrego, directora de Paz y Reconciliación de la Alta Consejería.
Así pues, tanto excombatientes como víctimas comparten espacios y abogan por el cumplimiento del acuerdo de paz, una esperanza para que Colombia pase la página de la violencia que tanto daño les ha hecho, y apuestan por el emprendimiento como un vehículo de reconciliación.