Washington, 24 sep (EFE).- La mayoría demócrata en la Cámara Baja estadounidense aprobó este viernes un proyecto de ley para blindar el derecho al aborto en todo Estados Unidos, una ambiciosa medida que, no obstante, afronta un futuro aciago en el Senado.
Motivados por la entrada en vigor en Texas de una ley que prohíbe el aborto en casi todos los casos y por la perspectiva de que el Tribunal Supremo pueda derogar la decisión que en 1973 legalizó ese servicio médico en el país, los progresistas decidieron hacer uso de su estrecha mayoría en la Cámara de Representantes.
Para ello, rescataron un proyecto de ley que se presentó por primera vez en 2013 pero que no había salido adelante porque, hasta ahora, nunca había habido una mayoría de legisladores que apoyaran el derecho al aborto en ese hemiciclo.
"UN VOTO SOBRE EL RESPETO A LAS MUJERES"
Esa mayoría es sin embargo muy escasa, y la propuesta de ley salió adelante por apenas 218 votos a favor y 211 en contra, con la oposición republicana unida en bloque contra la medida, llamada Ley de Protección de la Salud de las Mujeres (WHPA, por sus siglas en inglés).
"Este es un voto sobre el respeto a las mujeres, sobre la decencia, sobre el orgullo por nuestra Constitución y por nuestras mujeres", dijo la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, en un discurso previo a la votación.
Si superara la notable oposición que enfrenta en el Senado, la WHPA garantizaría el derecho al aborto en todo Estados Unidos por cualquier motivo durante las primeras 22 a 24 semanas de embarazo, y en caso de peligro para la madre a partir de ese punto de la gestación.
Eso permitiría blindar ese derecho en caso de que la mayoría conservadora en el Tribunal Supremo de Estados Unidos decida derogar la decisión conocida como "Roe versus Wade", que legalizó el aborto en todo el país en 1973.
El Supremo escuchará el 1 de diciembre argumentos sobre una ley de Misisipi que prohíbe el aborto en ese estado a partir de las 15 semanas de gestación, y decidirá sobre el tema antes de julio de 2022. Si derogara "Roe versus Wade", cada territorio de EE.UU. sería libre de prohibir o permitir el aborto a su antojo.
URGENCIA POR LA LEY DE TEXAS
Por mucho que eso preocupe a los demócratas y el movimiento feminista, hay otro tema que les parece todavía más urgente: la situación generada en Texas por la entrada en vigor de un veto casi total al aborto, una de las 90 restricciones a ese servicio que se han aprobado este año en estados de todo el país.
Esa ley de Texas prohíbe el aborto desde las seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas, sin contemplar excepciones en casos de incesto o violación.
Además, la medida promete lucrativas recompensas a aquellos ciudadanos que demanden a los médicos o a otras personas que ayuden a las embarazadas a abortar fuera de los parámetros de la ley, algo que ya ha motivado dos denuncias contra un doctor que confesó en un artículo de opinión que había violado la medida.
La forma en que está diseñada la ley exime de cualquier responsabilidad a las autoridades de Texas, algo que provocó que el Supremo no impidiera su entrada en vigor y que ha supuesto todo un dolor de cabeza para las organizaciones de derechos reproductivos y para el Gobierno del presidente Joe Biden.
Aunque el Departamento de Justicia ha demandado a Texas para intentar bloquear la ley, no está claro que, si el caso llega al Supremo, la mayoría conservadora de esa corte vaya a tumbar la legislación, a pesar de que su contenido viola claramente la jurisprudencia establecida en 1973.
UN DEBATE LARGO Y APASIONADO
En ese contexto, el debate de este viernes en la Cámara de Representantes sobre el proyecto de ley fue largo y apasionado, con ambos partidos atrincherados en sus posturas.
"El aborto es la cuestión más espinosa e introspectiva que enfrentamos como nación. Esta cuestión perfora todos los corazones", afirmó la legisladora republicana Cathy McMorris Rodgers en el pleno de la cámara.
La congresista demócrata Sylvia García, que representa a Texas, blandió en el aire una percha metálica como las que se utilizaban en abortos clandestinos y pidió "no volver" a los días de interrupciones del embarazo "en callejones traseros"; mientras que la legisladora republicana del mismo estado Beth Van Duyne habló con una muñeca de bebé en los brazos.
Aunque muchos activistas celebraron el voto como "histórico", la sensación de triunfo de los demócratas tras la votación fue agridulce, porque es muy improbable que el proyecto salga adelante en el Senado.
Los demócratas apenas controlan la mitad de los escaños de la cámara y necesitarían que diez republicanos se sumaran a ellos para conseguir aprobar la legislación y que el presidente Biden, que apoya la medida, pudiera firmarla.
Al menos dos senadores demócratas, Bob Casey y Joe Manchin, han insinuado ya que no apoyan la legislación; y una de las dos republicanas que apoyan el derecho al aborto, Susan Collins, también ha descartado votar a favor.