El año 2023 llega colmado de promesas y propósitos, y tal vez en esa lista se encuentre “perder peso”, “hacer ejercicios” o simplemente “intentar” cambios en el estilo de alimentación.
Después de las festividades aparece el indeseable complejo de culpa que obliga a refunfuñar por la cantidad de alimentos “supuestamente” prohibidos que comimos durante noviembre y diciembre.
Pero no culpe al coquito, ron ponche, tamales, posole, pasteles de plátano, pupusas, ensalada de papas, arroz con gandules y –menos– al “pavochón”.
Tampoco piense en soluciones drásticas con dietas “torturadoras” que solo le ayudarán a perder su buen humor. ¡Las dietas mágicas no existen!
Y aunque “pasando hambre” –tal vez comiendo atun con lechuga, tomando cantidades exageradas de agua, ayunando por más de 24 horas solo con té o café– observa que baja rápido, siempre asegúrese de reflexionar haciéndose esta pregunta: ¿cuánto tiempo podrá mantener esas libras perdidas si deja ese “formato” de alimentación?
Empezar un plan muy bajo en calorías no es bueno para la salud y le provocará hasta dolores de cabeza e irritabilidad.
Elegir productos etiquetados como “100% garantizados para rebajar” puede resultar contraproducente.
Nunca olvide que cualquier dieta, medicamento o sustancia para bajar de peso debe ser el resultado de una evaluación profesional, bien sea con su doctor primario, un especialista o dietista/nutricionista registrado.
Y aunque están muy de moda los asesores de alimentación sana (“health coaches”) es recomendable que todo paso en este camino lo supervise un médico considerando su edad, estatura, exámenes generales y condiciones de salud.
Sumando y restando
“A pesar de que por décadas se han hablado de dietas, regímenes mágicos, milagrosos, productos naturistas y suplementos que nos pueden ayudar a bajar de peso y a combatir el sobrepeso y la obesidad, la única forma clara y comprobada –a través de estudios científicos– es el mantener un balance adecuado entre calorías consumidas y utilizadas”, dijo el Dr. Diego Chaves-Gnecco, en un artículo publicado en La Mega Nota, en enero de 2020.
“Si consumimos más calorías de las que utilizamos, estas se almacenan y terminan siendo parte de substancias como la grasa de nuestro cuerpo y, por consiguiente, ganamos peso. Si ingerimos un número balanceado mantendremos el peso, pero si nos alimentamos con menos calorías de las que quemamos a diario con nuestras actividades entonces bajaremos de peso”, aclaró el Dr. Chaves-Gnecco.
Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) un estilo de alimentación saludable puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, accidente cerebrovascular y muchas complicaciones que es preferible evitar.
“La buena noticia es que comer bien no tiene que ser difícil o requerir que renuncie a todos los alimentos que usted ama”, aclara la institución.
¿Cómo se logra?
Así lo aconsejan en su portal electrónico:
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Compare la información nutricional en las etiquetas de los paquetes.
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Seleccione productos con las cantidades más bajas de sodio, azúcares añadidos, grasas saturadas, trans y sin aceites parcialmente hidrogenados.
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Cuide sus calorías para mantener un peso saludable.
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Si desea perder peso, solo ingiera menos o queme más calorías.
Muy importante
Al elegir vegetales, muchas personas no prestan atención al hecho de que una ensalada grande con ingredientes mixtos como pedazos de pan crujiente, nueces, semillas y aderezo puede conducir al aumento de peso.
Entre las recomendaciones de alternativas saludables para bajar y mantener el peso, los expertos refieren el estilo mediterráneo, planes de alimentación “limpia” y programas estructurados/ balanceados como WW (antes Weight Watchers) que calcula las cantidades de proteínas, carbohidratos y vegetales otorgando valores numéricos equivalente a puntos comestibles cada día.
Para conocer más sobre el estilo de vida mediterráneo, lea el artículo de Abel Zavala, en pág. 26, donde comparte con los lectores de La Mega Nota cómo logró decir adiós a más de 50 libras en un año, adaptando pequeños cambios en sus hábitos cotidianos.
En la próxima edición hablaremos sobre el estilo de “alimentación limpia”.
