Venecia (Italia), 7 sep (EFE).- La guerra entre Rusia y Ucrania y las denuncias de torturas a presos ucranianos centraron hoy la jornada competitiva en el 78 Festival de Cine de Venecia, que encara su recta final con la proyección de "Reflection", la primera película ucraniana que aspira al León de Oro en la historia.
El tema obsesiona a su director, Valentyn Vasyanovych, que hace dos años ganó el premio Horizontes -la segunda sección más importante del certamen- con su opera prima "Atlantis", un filme de ciencia ficción en el que abordaba el estrés postraumático de los soldados que participaron en el conflicto desatado en 2014.
"No estamos en los titulares de los informativos pero esto está ocurriendo en el siglo XXI en Europa, no somos Siria ni Afganistán, yo también estoy preocupado por lo que ocurre en Oriente Medio pero esto está sucediendo aquí al lado", señaló Vasyanovych en rueda de prensa.
La historia se centra en un cirujano ucraniano (Roman Lutskyi) que es capturado por soldados rusos en la zona de conflicto en el este de Ucrania y durante su cautiverio presencia horribles escenas de torturas y humillaciones.
Liberado en un intercambio de prisioneros, regresa a su apartamento de clase media y trata de encontrar el modo de retomar su vida y la relación con su hija preadolescente, que empieza a hacerse preguntas sobre la vida y la muerte y que le necesita.
Vasyanovych cuenta en el reparto con actores no profesionales, personas que tuvieron experiencias directas en la guerra y que hicieron a la vez de actores y de consultores, entre ellos Andriy Rymaruk, protagonista de "Atlantis" y que aquí tiene un papel secundario.
"Ser veterano de guerra es algo que te afecta durante décadas y algunos tardan muchos años en darse cuenta", declaró Rymaruk al tiempo que recordó que hay 400.000 personas en Ucrania con muchos problemas para lidiar con su vida y su familia al regresar del frente.
El director -también guionista, director de fotografía y montador de la película- explicó que se basó en testimonios reales y en particular en el relato del periodista ucraniano Stanislav Aseev.
Aseev fue condenado a quince años de cárcel por espionaje por la fiscalía de la autoproclamada república popular de Donetsk, estuvo preso dos años y medio y fue liberado en el primer canje de prisioneros entre Ucrania y los separatistas prorrusos en diciembre de 2019.
El filme muestra un par de secuencias durísimas de torturas y también cómo el protagonista es obligado a leer ante la cámara una declaración autoinculpatoria de actividades terroristas antes de ser puesto en libertad.
"Cuando supe lo que estaba sucediendo lo primero que pensé fue en filmar una antología sobre la tortura, pero me di cuenta de que resultaría imposible de ver, así que lo abandoné", manifestó Vasyanovych.
Luego le sucedió algo con su hija que ha incorporado a la película, una paloma se estrelló contra su ventana y murió, un incidente que desató sus primeras preguntas sobre la vida después de la muerte y la religión. "Sabia que debía introducir esperanza en la historia pese a lo traumática que es", dijo.
El conflicto en el este de Ucrania entre los separatistas apoyados por Rusia y el Ejército ucraniano estalló en 2014, cuando Rusia se anexionó la península de Crimea y se ha cobrado más de 14.000 muertos, entre civiles y combatientes.
La Mostra compensó hoy la gravedad "Reflection" con el humor de "Qui rido io", la comedia teatral de Mario Martone protagonizada por Toni Servillo que también lucha por el León de Oro.
A falta de tres jornadas para cerrar la competición, que arrancó el pasado 1 de septiembre, Venecia dejó hoy atrás el glamour y estrellas para centrarse en el cine.
Mañana, eso sí, será el día de Jamie Lee Curtis, que recogerá su León de Oro honorífico mientras que Ridley Scott, junto a Ben Affleck y Matt Damon, se harán esperar hasta el viernes, cuando se proyectará, fuera de competición "El último duelo" ("The last duel").
Por Magdalena Tsanis