Naciones Unidas, 18 sep (EFE).- La pandemia de la covid-19, la crisis climática y el triunfo de los talibanes en Afganistán estarán entre los principales asuntos que centrarán la próxima semana la atención de los líderes internacionales en la Asamblea General de la ONU.
LA PANDEMIA Y LAS VACUNAS
Por segundo año consecutivo la covid-19 marcará la gran cita anual de Naciones Unidas. Si en 2020 se decidió que los jefes de Estado y de Gobierno no viajasen a Nueva York y que ofreciesen sus discursos por vídeo, ahora se utilizará un formato híbrido, con algunos interviniendo en persona y otros desde sus capitales.
A pesar de la emergencia sanitaria se espera que alrededor de un centenar de líderes y muchos ministros se desplacen a la Gran Manzana, lo que hace temer a las autoridades locales que el evento pueda convertirse en un foco de infecciones.
Para la mayoría de países, aún azotados por el virus, la Asamblea General será una ocasión para discutir la lucha contra la enfermedad, la recuperación económica y, sobre todo, la desigualdad en el acceso a las vacunas.
La ONU lleva meses reclamando un plan global de vacunación y presionando para que se multiplique el suministro de dosis a los países en vías de desarrollo, por ahora sin mucho éxito.
La Casa Blanca tiene previsto organizar en los márgenes de la Asamblea una cumbre virtual sobre la covid-19 con el fin de pactar compromisos en materia de vacunación a escala mundial.
URGENCIA EN CLIMA
A poco más de un mes de la cumbre del clima (COP26) de Glasgow, Naciones Unidas quiere usar la Asamblea General para presionar a los Gobiernos y asegurar que lleguen a la ciudad escocesa con planes concretos para aumentar sus medidas contra el calentamiento global.
El secretario general de la organización, António Guterres, se reunirá este lunes en privado con unos cuarenta líderes para dar la señal de alarma y para exigirles más ambición.
Se espera que a lo largo de la semana algunos mandatarios puedan adelantar ya sus compromisos de cara a la COP26 con el fin de animar a otros a ir más allá de las metas que se han fijado hasta ahora.
¿QUÉ HACER CON AFGANISTÁN?
Tras la toma del poder en Afganistán por parte de los talibanes la comunidad internacional debe decidir ahora cómo gestionar la situación en el país y qué tipo de relaciones quiere mantener con el nuevo gobierno de Kabul.
Tras asegurar nuevos fondos de los donantes para responder a la crisis humanitaria que viven millones de afganos, la ONU busca evitar que la economía del país se derrumbe, para lo que ha solicitado que se restaure el flujo de dinero hacia Afganistán, paralizado en buena medida tras la victoria insurgente.
La cuestión del reconocimiento de las nuevas autoridades también sobrevolará los debates en la Asamblea General y sus márgenes, con numerosos países resignados a tener que tratar con los talibanes y otros que ven una oportunidad estratégica tras la retirada estadounidense.
EL ESTRENO DE BIDEN
En parte por sus peculiares formas de hacer política exterior y en parte por su desdén por organismos como la ONU, la Presidencia de Donald Trump supuso un shock para la comunidad internacional, que ahora espera una vuelta de EE.UU. a posturas más tradicionales.
La expectativa es que Joe Biden busque recuperar el papel de liderazgo estadounidense y reconducir las relaciones con algunos aliados, muy dañadas con la anterior administración.
Sin embargo, Biden llega a su estreno en Naciones Unidas en un momento especialmente complicado, con la covid-19 golpeando otra vez con dureza Estados Unidos; tras el naufragio de Afganistán y con potencias como China y Francia muy enfadadas por el nuevo pacto de defensa sellado con Australia y el Reino Unido.
IRÁN Y COREA DEL NORTE
El nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisí, también debutará en la ONU y lo hará sin que por ahora se hayan visto avances en las discusiones para que EE.UU. regrese al acuerdo nuclear de 2015 y Teherán deje de violarlo.
La tensión en la península coreana ha vuelto a elevarse en los últimos días, con nuevas pruebas armamentísticas por parte de Pionyang, respuestas desde Seúl y con el diálogo sobre la desnuclearización estancado.
Mario Villar