Tegucigalpa, 17 feb (EFE).- La Iglesia católica de Honduras celebró la misa del Miércoles de Ceniza, que inicia el período de cuaresma para los católicos, la que no se puso en la frente sino en la cabeza de los feligreses, por la pandemia de covid-19.
Desde primera hora de la mañana de este miércoles, los creyentes se encaminaron a las diferentes iglesias, donde el rito de la imposición de la ceniza cambió y no se realizó la tradicional cruz en la frente, en señal de inicio de la preparación para la Semana Santa.
En la Catedral Metropolitana de Tegucigalpa, la capital, en la que los fieles guardaron la distancia de seguridad de 1,5 metros, el párroco Luis Gutiérrez dejó caer ceniza en la cabeza de los pocos fieles que asistieron a la misa.
Mientras les dejaba caer la ceniza el cura decía a los fieles: "Recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir".
"Por motivo de la pandemia no podemos tener contacto físico con las personas, entonces se nos pide que coloquemos la ceniza en polvo, no con agua como lo hemos hecho los otros años", explicó Gutiérrez a Efe.
Después de que les colocaran la ceniza, los devotos, todos con mascarilla, regresaban a su asiento a orar con la mirada cabizbaja.
La ceniza que el sacerdote colocó en la cabeza de los creyentes está hecha de las palmas del anterior Domingo de Ramos, que es guardada hasta el Miércoles de Ceniza.
El religioso invitó a los fieles a que este tiempo de Cuaresma, que precede a la Semana Santa, sirva para "orar, ayunar y ser generosos" con los más necesitados.
Debido a la pandemia y los efectos devastadores de las tormentas tropicales Eta e Iota, en noviembre pasado, hay "mucha gente necesitada", enfatizó Gutiérrez.
Los primeros dos casos de coronavirus en Honduras, con una población de 9,3 millones, fueron notificados el 11 de marzo pasado, dos mujeres hondureñas que llegaron al país procedentes de España y Suiza.
El estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) contabiliza hasta ahora 3.913 decesos por el coronavirus SARS-CoV-2 y 161.727 contagios.
POLÍTICOS DEBEN REFLEXIONAR
Muchos hondureños invocaron a la fe hoy, con el fin de reflexionar sobre el futuro político y combatir la corrupción, un flagelo de vieja data en el país centroamericano.
A la salida de la Catedral de Tegucigalpa, construida entre los años 1765 y 1786, Rudy Torres, de 67 años, que acudió solo a la misa pese a que su familia se lo prohibió por la pandemia, comentó a Efe que los políticos y los que gobiernan el país deben "reflexionar"
"Mientras nosotros estamos en la iglesia, ellos están gastando el dinero en política, (cuando) hay un montón de gente necesitada, con hambre, pero ellos dándose la gran vida (...), lo peor a costillas del pueblo, porque no lo pagan de su bolsa", subrayó Torres, que asistió a la Catedral a recibir la ceniza y escuchar las palabras del sacerdote que ofició la liturgia.
Destacó que a los políticos "no les basta la corrupción, sino que tienen que pedir para seguir mal gobernando" en Honduras.
Torres instó a los hondureños a "alzar la voz" de cara a las elecciones primarias o internas que se celebrarán el 14 de marzo de 2021 en Honduras, y lamentó que el hondureño ha perdido "la identidad al 99 por ciento".
Como en el resto de iglesias del país, en la Catedral el párroco recordó la importancia de "la conversión, el arrepentimiento y la futura resurrección del Señor".
Según una encuesta divulgada en 2016 por una empresa local de investigación de mercado y opinión pública, el 48 % de la población de Honduras es protestante, el 41 % profesa la católica, el 3 % practica otra religión, y el 11 % se declara ateo o agnóstico.