San Sebastián (España), 21 sep (EFE).-Javier Bardem ha afirmado hoy en la presentación a la prensa de "El buen patrón", la cinta de Fernando León de Aranoa con la que compiten en el 69 Festival de cine de San Sebastián, que "enjuiciar al personaje no ayuda a la interpretación; tienes que empatizar y entender que tiene sus razones".
Bardem respondía en rueda de prensa a la pregunta de si el empresario abusador y egoísta al que da vida en "El buen patrón" no era alguien "en las antípodas" del propio actor.
"No sé lo que se piensa de mi", ha dicho Bardem provocando las risas de los asistentes a la rueda de prensa más multitudinaria hasta el momento del Festival de cine de San Sebastián, con todos los posibles huecos ocupados, "pero imagino -ha añadido- que también algo de Julio Blanco lo tengo yo".
"Es verdad que yo no he matado a nadie", ha manifestado el actor, único español que ha ganado un Óscar, "pero para hacer de asesino en 'No es país para viejos' tienes que sacar la parte tuya que estaría dispuesta a matar, que la tenemos todos -ha asegurado-, aunque las apelaciones luego a la ética y al honor de cada uno te frenen".
Al final, añade, "encuentras sus razones", y Blanco era un personaje "difícil de defender, por las cosas que hacía, pero también admirable, por el morro que tiene".
Bardem habla de Julio Blanco, un empresario de éxito que aparece como "hecho a sí mismo", aunque a lo largo de la película se sabe que heredó la fábrica de su progenitor; se siente padre y protector de sus empleados pero en realidad cruza constantemente la fina línea de la privacidad de estos.
En el momento en el que el espectador lo conoce, está esperando la visita de una comisión que decide sobre un premio a la excelencia empresarial, que es el único que le falta. Al tiempo, uno de los empleados que ha sido despedido en un reajuste emprende una lucha en solitario y acampa frente a la fábrica rodeado de pancartas para pedir su readmisión.
Los dos españoles, León de Aranoa y Bardem, compiten de nuevo en la Sección Oficial del Zinemaldia, casi veinte años después de su Concha de Oro por "Los lunes al sol" (2002), esta vez con la reconversión industrial contada a partir del cierre de una naviera intercambiada por una lucrativa empresa de básculas de precisión.
León de Aranoa se ha referido a "El buen patrón" como "el reverso oscuro" de aquella, aunque en este caso la ha cargado de humor ácido, sarcástico a veces, pero muy divertido.
"El humor es la mejor forma de acercarse casi a cualquier cosa (...) en mis películas siempre ha habido humor, pero es verdad que en esta película sentía la necesidad de no frenarlo como en otras; sentía era la mejor forma de mostrar ese paisaje del empleo tan deteriorado y tan jodido, porque tiene algo catártico y es una manera de vencerlo, de exorcizarlo".
En ese sentido ha comentado una de las escenas más cómicas, donde el patrón lo pasa realmente mal, una cena en la que se habla, entre otras cosas, de los subvencionados del cine: "No estaba en el guion, pero lo añadí, es un pequeño ajuste de cuentas personal" sobre un "tópico que llevamos muchos años escuchando, a ver si ya riéndonos un poco conseguimos explicarlo".
El director también ha señalado que la cinta no recoge asuntos puntuales de la realidad, "aquí lo que manda es la ficción, me interesa que haya emoción y no tanto dejar un tratado sociológico".
"Me interesaba centrar las relaciones verticales con el patrón y las horizontales entre compañeros (...) no quería hacer una peli estereotipada del bien y el mal", ha zanjado.
Tanto León de Aranoa, como Bardem, han afirmado que el personaje central no se inspira en nadie en concreto, aunque es muy reconocible.
"Este trabajo pasó por buscar referencias dentro, pero también describe y aborda las relaciones de poder, algo que está en todos: el que tiene algo de poder tiene la tentación o el riesgo de pasar la linea (...) Todos llevamos un Blanco en potencia que pugna por salir", ha resumido el director.