COLUMBUS, Ohio — Nacido en la Ciudad de México, el flautista Rodolfo Vázquez es compositor y arreglista, licenciado del Conservatorio Nacional de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes y certificado por la Academia de Flauta Galway de Weggis, en Suiza.
Ha estudiado con los mejores maestros de flauta en el mundo; en Inglaterra, durante un año con Sir James Galway, Lady Jeanne Galway, Geoffrey Gilbert, Alain Marion y Elena Durán.
Ha dado conciertos en Europa, Estados Unidos y México con orquestas filarmónicas, sinfónicas, grupos de música de cámara, el famoso coro de flautas Sir James Galway Flute Band y el Dúo Flautango.
En 2008 ganó el premio del mejor músico latino de Ohio otorgado por el periódico el Sol de Ohio. Actualmente, actúa como flautista residente en la Iglesia Luterana First English y enseña técnicas del instrumento.
Dirige la Asociación Hispana de Bellas Artes de Ohio y es presidente de Artes Latinas para el Cambio.
Recuerda como su padre escuchaba música de ópera y jazz en el tocadiscos de su casa.
Durante sus primeros años de secundaria tuvo roces con la música; pertenecía a una banda y desde esa época tocaba flauta.
Cuenta que esta pasión le inició cuando escuchó a la banda británica Jethro Tull.
Entró a una escuela de música en México, elección que le costó la salida de su hogar.
Tiene tres hijos, dos hijas y dos nietas, de 9 y 12 años, pero hasta ahora ninguno ha seguido la carrera musical.
Sumando 43 años como flautista, aclara que es el único instrumento que ha tocado, pues siguió el consejo de su abuelita: “si vas a tocar que sea solo un instrumento para que seas el mejor”.
Se hizo maestro porque debió completar todo el proceso para alcanzar el grado que hoy tiene como flautista; por eso puede enseñar y guiar a quien quiere aprender.
Uno de los obstáculos –dice Vázquez– es la indiferencia de la gente que no valora ninguna de las artes: música, danza, teatro, escritura, ni las actividades artísticas.
“Falta sensibilidad y dinero para que la gente desarrolle el arte como habilidad y como actividad. Y esto viene desde el gobierno, pues se han cortado las ayudas para el desarrollo artístico a nivel nacional”, asegura.
“La ciudad de Columbus tiene un muy buen consejo de arte y ha ayudado mucho. Aquí hay dinero y voluntad para ayudar a los artistas afroamericanos. Las asociaciones latinas de OSU ayudan, pero no con dinero sino con dar el espacio para ir a tocar; estoy trabajando con el comercio latino para que cuando haya este tipo de eventos, los empresarios apoyen a los artistas latinos”, destacó el maestro.
Subraya que la vida del músico es muy complicada, pasan estudiando todo el tiempo y deben mantener un estándar para lograr ganancias.
“Se puede tener mucho talento, pero si [usted] no estudia, no surge, y este es el mismo consejo para los jóvenes que se quieren iniciar en el arte”.