Bangkok, 13 sep (EFE).- Filipinas, uno de los pocos países que mantiene cerrados los colegios por la covid-19, comenzó este lunes el curso con las aulas vacías por segundo año consecutivo entre críticas por los efectos negativos en un país poco preparado para las clases en línea.
Las autoridades filipinas han decidido mantener cerrados los centros educativos en medio de su peor ola de la pandemia, con una media de 20.000 casos diarios en la última semana que están causando una gran presión en el sistema sanitario.
"Queremos que los centros educativos abran de manera segura" y "Que ningún niño se quede atrás" decían algunos de los carteles en una protesta de activistas estudiantiles en Manila, mientras en los colegios entregaban el material escolar a las familias.
El Gobierno del presidente filipino, Rodrigo Duterte, decidió cerrar los colegios en marzo del año pasado por la pandemia y millones de alumnos pasaron a recibir las clases mediante clases en línea, materiales impresos y lecciones emitidas por televisión y radio.
Sin embargo, millones de filipinos no tienen acceso a la tecnología necesaria para la educación a distancia en un país con un índice de pobreza del 16 por ciento.
La agencia de la ONU para la infancia, Unicef, y varias ONG locales han hecho un llamamiento para que las autoridades lleven a cabo una apertura progresiva de los colegios, principalmente en las zonas rurales donde tienen menos medios para realizar las clases a distancia.
Según Unicef, más de 27 millones de estudiantes se han visto afectados por la clausura de los colegios en Filipinas durante más de un año, mientras que la media de cierre en el mundo fue de 79 días de media en 2020.
La semana pasada, la responsable de Educación de Unicef en Filipinas, Isy Faingold, afirmó que mantener cerrados los centros educativos crea más problemas que beneficios para los niños.
"Deberíamos empezar a pensar que la mayoría de los países en el mundo han empezado una reapertura gradual de los colegios", dijo Faingold en una videoconferencia organizada por la ONG filipina Movement for Safe, Equitable, Quality, and Relevant (SEQuRe) Education.
La coordinadora de SEQuRe, Mercedes Arzadon, afirmó que Filipinas puede aprovechar las experiencias de países de la región que han empezado a reabrir sus colegios como Japón, China, Vietnam o Indonesia.
"Es simplemente ridículo que nuestros colegios permanezcan cerrados indefinidamente cuando hay muchos estudios con experiencias de éxito de otros países que demuestran que la reapertura segura de los colegios no es solo posible, sino necesaria", aseveró Arzadon en la videoconferencia.
"Se trata del futuro y bienestar de nuestra juventud, y también del desarrollo de la nación", añadió. EFE