MANAGUA (EFE) — El huracán Eta, degradado a tormenta tropical en el norte de Nicaragua, dejó un rastro de destrucción tras haber impactado en categoría 4 de la escala Saffir-Simpson (de un máximo de 5) en el Caribe nicaragüense, así como dos muertes que no han sido reconocidas por Managua.
Según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED), casi todas los principales centros urbanos de la Región Autónoma Caribe Norte (RACN), donde impactó Eta, sufrieron daños en la infraestructura, como producto de las lluvias intensas y vientos de 220 kilómetros por hora al momento del impacto, la tarde del 2 de noviembre.
El rastro de Eta se evidenció con desbordes de al menos diez ríos, así como la “caída de árboles, de postes de luz, de tendidos eléctricos, techos frágiles salieron por los aires, según el relato común de las comunidades y centros urbanos”, informó el codirector del SINAPRED, Guillermo González, a través de medios del gobierno.
Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Salvador Mansell, afirmó que Eta ocasionó cortes de luz en más de 200 localidades, especialmente en la RACN.
González, quien afirmó que las 30,000 personas evacuadas previo al impacto del huracán se mantienen en centros de albergue, sostuvo que “no ha habido ningún daño humano”, y no hizo referencia a los dos mineros artesanales que murieron en un derrumbe en la RACN, horas después del impacto de Eta.
Mientras las autoridades de Nicaragua centraron sus declaraciones en lo que denominaron “información positiva”, el independiente Grupo de Monitoreo Azul y Blanco, compuesto por personas voluntarias, reportó daños adicionales, confirmando que varias comunidades se encuentran incomunicadas por el desborde de los ríos en el noreste de Nicaragua, donde supuestamente la alerta de huracán no llegó a tiempo.
Los habitantes de estas regiones ahora enfrentan problemas porque tienen pocas reservas de alimentos y las baterías de sus teléfonos móviles se están quedando sin carga para informar de la situación, aunque el caso también lo viven algunos barrios de zonas urbanas.
También se reportó que en Bilwi, cabecera de la RACN y ciudad cercana donde impactó Eta, dos mujeres, una de ellas anciana, más un niño y un bebé, quedaron atrapados en su vivienda por la caída de un árbol que bloqueó puertas y ventanas, mientras que tres casas se derrumbaron y a una se le desprendió una pared.
Asimismo indicó que el caudal de algunos ríos importantes de la zona norte de Nicaragua ha empezado a crecer de forma rápida, y que en la costa Pacífico el río Masachapa destruyó parcialmente el malecón de la ciudad del mismo nombre, así como varias viviendas, al provocar un deslizamiento de tierra.