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Salud

Esfuerzo estatal contra el COVID-19 durante 2020

por Elvia Skeens y Cherry Rivas (eskeens@lamegamedia.com)


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COLUMBUS, Ohio — El gobernador de Ohio Mike DeWine, tomó medidas para frenar la explosión de la pandemia de coronavirus, advirtiendo el cierre inmediato de restaurantes, bares, gimnasios, centros de entretenimiento u otros sitios que facilitaran aglomeraciones.

Inicialmente, en marzo, impuso una orden de permanecer en casa con el objetivo de aplanar la curva de contagio y evitar el colapso de los hospitales.

Muchas personas perdieron temporalmente sus empleos, las escuelas cerraron y los estudiantes aprendían de manera virtual, mientras solo los establecimientos considerados como esenciales continuaban laborando.

Quienes calificaban para el beneficio regular de desempleo, a través del Departamento de Trabajo y Servicios Familiares de Ohio (ODJFS, por sus siglas en inglés) empezaron a tramitar la solicitud a través de un portal electrónico en el que no era fácil procesar los datos debido al alto volumen de tráfico de usuarios. 

Los solicitantes debían esperar hasta altas horas de la madrugada para lograr acceso.

Meses después, atendiendo una resolución del gobierno federal, el estado implementó otro sistema, especialmente diseñado para otorgar el beneficio de desempleo a quienes usualmente no eran elegibles.

A mediados de mayo estuvo disponible la nueva herramienta de un programa especial de asistencia para estos otros desempleados temporales por la pandemia. 

Así se implementó PUA, considerando –de igual manera– el monto estatal correspondiente al pago del seguro de desempleo, además de $600 del fondo de emergencia de la Ley CARES, firmada a finales de marzo.              

El gobernador se dirige todos los días a la comunidad de Ohio en conferencia de prensa, un mecanismo que sirve para destacar cifras, revisar el nivel de alerta identificado con colores en cada condado y actualizar sobre los esfuerzos estatales contra la propagación del virus. 

Cuando el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publicó las recomendaciones para el uso y confección de mascarillas de tela, su esposa Fran empezó a hacerlas en su máquina de coser.

DeWine fue pionero de la campaña #InThisTogetherOhio.  

En esas conferencias de prensa mostraba las creaciones de la primera dama estatal con la intención de motivar conciencia social sobre la necesidad de “protegernos y proteger a los demás”. 

Posteriormente se estableció el uso obligatorio de cubrebocas en sitios públicos, solo exceptuando a niños bien pequeños, personas con problemas de salud o comportamiento. 

Las medidas enérgicas contra las reuniones continuaron mientras los negocios poco a poco empezaban a reabrir con muchas limitaciones.

A mediados de junio, la Dra. Amy Acton, directora del Departamento de Salud, dejó el cargo y fue reemplazada interinamente por Lance Himes.

En noviembre, Stephanie McCloud, quien había servido como directora de la oficina de compensación laboral, asumió la responsabilidad de liderar el Departamento de Salud de Ohio.

Ese mismo mes, el condado de Franklin fue el primero en posicionarse con el color morado en el sistema de alerta pública, indicando exposición severa y propagación.

Una nueva ordenanza de permanecer en casa –esta vez de 10 p.m.-5 a.m.– empezó a regir por varias semanas. 

“A medida que el COVID-19 continúa propagándose en Ohio, necesitamos una respuesta más fuerte para minimizar el impacto en la capacidad hospitalaria y garantizar que la atención médica esté disponible para quienes la necesitan, con esta orden estamos desalentando las reuniones para minimizar la propagación del virus y reducir el impacto económico de un cierre completo”, dijo en ese momento el gobernador DeWine.

El 4 de diciembre, DeWine anunció que el estado de Ohio estaba preparado para recibir la primera ronda de vacunas contra el COVID-19 –primero la de Pfizer y luego la de Moderna– una vez tuvieran aprobación para uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).

El 11 de diciembre, la FDA autorizó la dosis de Pfizer y el 14 de diciembre ese primer envío con 975 ampollas del “preciado suero” llegó a dos hospitales de Ohio para empezar a vacunar al personal médico del Wexner Medical Center (Universidad Estatal de Ohio) y UC Health (Universidad de Cincinnati). 

        



 
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