COLUMBUS, Ohio — La Mega Nota conversó con Yosneri Rangel, a madre de Ema Martínez, de ocho años, quien fue diagnosticada con el tumor conocido como ATRT (rabdoide teratoideo atípico) que afecta el sistema nervioso central y se encuentra en las áreas que controlan el movimiento, el equilibrio y las funciones corporales básicas.
Este tipo de absceso, que representa más o menos el dos por ciento de los tumores cerebrales infantiles, puede aparecer en los niños de tres años, pero rara vez se detecta en otros de mayor edad.
Yosneri relata que a los siete años Ema empezó con vómitos y dolores de cabeza. Después de una tomografía, el 23 de noviembre de 2021, recibió el diagnóstico.
Fue ingresada y atendida en el Nationwide Children’s Hospital, donde los médicos determinaron que necesitaba una operación de emergencia.
Estuvo hospitalizada durante todo el año, recibiendo tratamiento de radiación cráneo-espinal, y quimioterapia de dosis alta con una técnica celular innovadora, según describe una nota del centro médico.
En este tiempo los profesionales le daban pocas esperanzas porque todos pensaban que era un caso muy grave y agresivo. La niña había sido sometida a más de ocho intervenciones quirúrgicas.
Durante una de las terapias, en julio, sus pulmones colapsaron, por lo que tuvo que ser intubada y hospitalizada en cuidado intensivo. “Me dijeron que médicamente ya no podían hacer nada más”, recuerda Yosneri, pero asegura que vio la mano de Dios en la recuperación de Ema y ahora su hija “es un milagro, no hay otra explicación”.
El Dr. Ralph Salloum, especialista en hematología y oncología, dice que Ema es “uno de los mejores ejemplos de fortaleza, inteligencia y positivismo”.
Ema regresó a su hogar al lado de su madre y abuelita, pero más adelante –de acuerdo con los médicos– y por otros dos años requerirá de tratamiento médico.
Ema está recibiendo fisioterapia para el movimiento y terapia del lenguaje tres veces por semana en casa. La están evaluando mensualmente.
Yosneri relata que desde el primer momento cuando llegó con la niña al hospital por aquella emergencia, todo el personal –desde los profesionales de la salud, los trabajadores sociales y los encargados de servicios en las salas– les han dado un trato excelente, “son muy cercanos, amables y cariñosos”.
Una dificultad para esta madre venezolana ha sido que no habla inglés, pero siempre ha estado acompañada por intérpretes, quienes han estado junto a ellas.
“Han sido como ángeles, pues nunca nos dejaron solas y nunca tuve confusión en las traducciones”.
Aunque también ha recibido el apoyo de su madre, Yosneri sabe que debe dedicarse completamente al cuidado y recuperación de Ema. Dejó su trabajo y ahora se encarga de llevarla a las terapias, estando pendiente de todo lo que necesita.
Dificultades dice que ha pasado sobre todo al no generar ingresos, pero siempre ha encontrado en las trabajadoras sociales, la guía para sortear y seguir adelante.
Está segura de que, con la fe, el amor a su hija y la ayuda de los médicos del Nationwide Children’s Hospital, continuará avanzando hacia la recuperación.