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El segundo juicio político a Trump, a punto de empezar en un Senado dividido

por EFE (editor@lamegamedia.com)


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El segundo juicio político ("impeachment") al expresidente estadounidense Donald Trump comenzará este martes en un Senado dividido que difícilmente lo condenará por su responsabilidad en el asalto al Capitolio, y que demócratas y republicanos quieren zanjar lo más rápido posible.

Más de un mes después de que cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieran en el Congreso durante una sesión clave para la transición de poder, el Senado juzgará al ya expresidente por un solo cargo del que le acusó la Cámara de Representantes en enero: el de "incitar una insurrección".

"Se trata del crimen constitucional más grave jamás cometido por un presidente", afirmaron los congresistas demócratas que ejercerán como "fiscales" del juicio político en un documento presentado este lunes.

LA ATENCIÓN DE WASHINGTON VUELVE A TRUMP

El juicio político volverá a centrar la atención de Washington en Trump menos de tres semanas después de que el expresidente abandonara el poder, pero no lo hará por demasiado tiempo: se espera que el proceso dure apenas una semana o diez días, según las negociaciones previas.

Tanto a los demócratas como a los republicanos les interesa un "impeachment" fugaz: los primeros quieren despacharlo para poder centrarse en las prioridades del nuevo presidente de su partido, Joe Biden; y los segundos temen las consecuencias de un largo debate sobre las polémicas acciones de Trump.

Los demócratas controlan el Senado y tienen las riendas del proceso, que estará presidido por el veterano senador de ese partido Patrick Leahy, pero a la hora de la verdad necesitarían convencer a 17 republicanos para poder condenar a Trump.

Eso se debe a que se necesita una mayoría de dos tercios (67 escaños) para declarar culpable al expresidente del cargo que enfrenta, y los demócratas sólo controlan 50 asientos, los mismos que los republicanos.

El partido de Biden es consciente, por tanto, de la improbabilidad de que el proceso acabe en una condena política y posterior inhabilitación de Trump para ocupar futuros cargos públicos, pero ha sentido aún así la necesidad de iniciar el juicio ante la gravedad del asalto al Capitolio, que se saldó con cinco muertos.

UN PROCESO INÉDITO

El proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convertirá a Trump en el primer presidente estadounidense que afronta dos juicios políticos -tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania-, y porque nunca antes se había sometido a un "impeachment" a un mandatario cuando ya no está en el poder.

Los abogados de Trump se han aferrado a ese último hecho y lo han convertido en el pilar principal de su defensa, al argumentar que es inconstitucional juzgar políticamente al expresidente cuando ya no está en la Casa Blanca.

"Se está pidiendo al Senado que haga algo patentemente ridículo: juzgar a un ciudadano privado en un proceso diseñado para expulsarle de un cargo que ya no ocupa", aseguraron este lunes los abogados Bruce Castor, David Schoen y Michael van der Veen, que representan a Trump.

En un largo documento de 78 páginas, los letrados pidieron desestimar el proceso contra Trump por considerarlo puro "teatro político" por parte de los demócratas, y tacharon de "absurda" la acusación de que el expresidente incitó el asalto al Capitolio.

Los abogados negaron que Trump instara a la violencia a sus seguidores en el discurso que les dio el 6 de enero justo antes del asalto al Capitolio, y en el que les pidió "luchar como nunca" para impedir que el Congreso certificara ese mismo día a Biden como ganador de las elecciones de noviembre.

"De las más de 10.000 palabras que dijo, el señor Trump usó la palabra 'lucha' un poco más de un puñado de veces, y siempre en un sentido figurativo (...); no fue y no pudo interpretarse como un aliento de actos de violencia", indicaron los letrados.

"LAS PRUEBAS SON ABRUMADORAS"

Los "fiscales" demócratas del juicio político no tardaron en responder, al argumentar en su propio documento que "las pruebas de la conducta del expresidente Trump son abrumadoras" y que "no tiene excusas válidas".

Mientras, ambos partidos ultimaban un acuerdo sobre el calendario y formato del juicio político, que comenzará este martes a las 13.00 horas (18.00 GMT) en el Senado, donde los cien senadores ejercerán como jurado.

El primer día se dedicará a evaluar si este juicio político es constitucional, algo a lo que los senadores dedicarán cuatro horas de debate, seguidas de un voto sobre el tema.

Numerosos expertos en la Constitución han opinado que el proceso es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución de Trump, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.

"No hay una 'excepción de enero' en la Constitución, que permita a los presidentes abusar de su poder en sus últimos días (de mandato) sin rendir cuentas", argumentaron los "fiscales" demócratas en su documento de este lunes.

El debate sobre la constitucionalidad es un salvavidas para aquellos republicanos más incómodos con Trump, pero que no se atreven a darle del todo la espalda, puesto que así tendrán una excusa para votar en contra de condenarlo.

A finales de enero, 45 republicanos votaron a favor de debatir sobre la constitucionalidad del proceso, en una señal del poco apetito que hay en el partido para condenar a Trump a pesar de la gravedad del asalto al Capitolio.

Una vez que el Senado decida que el proceso es constitucional, algo para lo que sólo necesitará una mayoría simple, el juicio político se retomará el miércoles a las 12.00 (17.00 GMT), cuando empezarán los argumentos de los fiscales y la defensa de Trump.

El "impeachment" se celebrará todos los días siguientes excepto el sábado, por petición de un abogado judío de Trump, y se retomará el domingo, con la perspectiva de terminar la próxima semana a no ser que se convoquen testigos.

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