Dubái, 1 oct (EFE).- El pabellón de España en la Expo Dubái 2020 se divisa a lo lejos con sus conos de colores anaranjados, que ofrecen una cobertura natural y un lugar de encuentro que representa la típica "plaza" española, donde sentarse, hablar y tomar un respiro antes o después de una visita amena y multisensorial para el visitante.
A partir de este viernes está abierto al público en el recinto de la Expo Dubái, la primera universal que tiene lugar en un país árabe y en medio del desierto, donde las temperaturas representan un reto importante aún en esta estación del año, rozando los 40 grados durante el día.
LA CONEXIÓN ÁRABE
"El concepto de plaza es muy característico de la ciudad española, de la convivencia española, nos vincula mucho también con la cultura árabe del zoco como lugar de intercambio, convivencia y comercio, y esta gran plaza nos sirve para mostrar algunos ejemplos de la cultura española", explica a Efe la comisaria del pabellón, Carmen Bueno.
Por ejemplo, el gran ajedrez que se encuentra a la entrada o una esfera en la que aparecen las palabras que provienen del árabe y que se pueden escuchar a través de los altavoces en ambos idiomas.
Esto "muestra la importancia de nuestra lengua como una cultura global actual, pero también esa mezcla, esa fusión con el mundo árabe a través de una serie de palabras que suenan exactamente igual en árabe y en español", destaca Bueno.
Las estructuras cónicas también proceden de la tradición árabe: son torres de aire que hacen que el caliente se eleve y salga por arriba, generando una ventilación constante y rebajando la temperatura en hasta 5 grados, señala uno de los arquitectos encargados del proyecto, Borja Aznar Montero, del estudio Amann-Cánovas-Maruri.
"Son medidas pasivas sostenibles, en lugar de los sistemas mecánicos de refrigeración", dice a Efe.
Después de atravesar la plaza abierta, empieza la verdadera exposición, que está "hundida bajo tierra para proteger del calor y reducir el consumo de energía", agrega Aznar, ya que el pabellón español se encuentra en el área de sostenibilidad, uno de los tres ejes en torno a los que se estructura la Expo2020.
INNOVACIÓN Y SOSTENIBILIDAD
El paso al nivel inferior es a través de una rampa en forma de espiral, en medio de la cual cuelga una obra audiovisual de los artistas Daniel Canogar y Francisco López llamada "Dínamo", porque recolecta la energía de los visitantes que, al tocar el pasamanos de la rampa, van generando color, luz y sonido.
Posteriormente, hay una sala de cine en la que se proyecta el cortometraje "Luna de agosto" del artista Nacho Vigalondo, que recoge imágenes de varios rincones y gentes de España, que se enfrentan a un fenómeno cósmico inesperado de forma creativa e instintiva, con "inteligencia colectiva".
Precisamente, el lema del pabellón es "Inteligencia para la vida" y es un escaparate de empresas y proyectos españoles, punteros en sostenibilidad, ilustrados en una sala donde se recrea un bosque, con un gran árbol interactivo que mide la sostenibilidad de los visitantes a través de un test cuyo objetivo final es demostrar que cualquier acción individual afecta al planeta.
EXPERIENCIA MULTISENSORIAL
Aparte de la exposición, con sus efectos sonoros y visuales, el pabellón español ofrece una experiencia sensorial completa, ya que también tiene distintas esencias, diseñadas por la empresa Iberchem.
Su director de sostenibilidad, Guillaume Audy, afirma a Efe que el perfume oficial del pabellón también es sostenible: "la mayoría de los ingredientes son naturales y orgánicos, más del 60 % de la fórmula es biodegradable (...) y tiene ingredientes típicos de España como la uva, los cítricos, el azahar, el jazmín, la lavanda".
Sólo se podrá oler en el interior de las instalaciones porque no está a la venta, ni siquiera en la tienda del pabellón, donde sí se pueden adquirir productos hechos en España: moda y complementos, por un lado, y gastronomía, por otro.
La comida típica también se podrá degustar en dos espacios diferentes, un bar de tapas y un restaurante, integrados en los más de 5.000 metros cuadrados útiles del pabellón, que está gestionado por Acción Cultural Española (AC/E), la empresa pública responsable de la presencia de España en las Exposiciones Universales e Internacionales.
Francesca Cicardi