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Catastrofes

El locutor al que le robaron el paraíso

por EFE (editor@lamegamedia.com)


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El Paso (España), 4 nov (EFE).- Jorge Luis González es un locutor deportivo jubilado, vive en El Paso, un municipio situado en el corazón de la isla canaria de La Palma, y, aunque la erupción volcánica no le ha arrebatado ni casa, ni fincas, sí se ha llevado su lugar preferido. "Lo más cercano al paraíso era el Valle de Aridane", dice.

González afirma a Efe que no hay otro lugar como esta zona devastada por el volcán: "Aquí nos conocemos todos, pensamos casi igual y tenemos una forma de ser parecida".

"Primero fue el incendio del verano y ahora es el volcán" se lamenta este locutor radiofónico que considera "coñerías" las alternativas que no incluyan una recuperación agrícola de la isla.

Ahora el deseo es que "ese demonio" termine cuanto antes. Le tiene tanta manía que ni lo mira cuando va de El Paso, donde reside, hasta Los LLanos de Aridane, donde viven sus hijos.

"No lo miro por el daño que ha causado", agrega y afirma que sabe de mucha gente que lo ha perdido todo y "a diario conoces nuevos casos e incluso de gente que no sabía que vivía por allí".

Aunque reconoce que para muchos, especialmente las personas mayores, comenzar de nuevo será difícil, afirma que no cree "en esa palabra de moda", en referencia a la resiliencia, sino en la capacidad de trabajo de la población palmera.

Tras 45 días desde el comienzo de la erupción, González indica que la ha normalizado y también sus consecuencias e, incluso, afirma que cuando no escucha los rugidos del volcán "lo extraño".

Lo que más le afecta es la calidad del aire y la ceniza y señala que ha habido un par de días "impresionantes" y era tan molesto que no se podía estar en la calle.

"Tenemos deseo de que esto termine cuanto antes pero hasta entonces no nos queda más remedio que sobrellevarlo", indica mientras que expresa su admiración por personas que lo han perdido todo y que, aun así, demuestran un optimismo "que no sé si lo hacen para darse ánimo".

En su opinión, esta es la peor tragedia que ha vivido la isla de La Palma y señala que en enero de 1957, con solo cuatro meses, en su barrio natal de Los Llanitos, en el municipio de Breña Alta, se produjo una riada en la que murieron 26 personas.

"Crecí escuchando la historia de la riada pero esto (la erupción) es peor por lo que significa para La Palma, para su economía y para esas personas que están vivas solo porque caminan", añade.

Recuerda que el pasado 19 de septiembre hubo varios terremotos sentidos pero no pensó que ese día, en el que había acudido con su hijo a ver un partido de su querido Tenisca -club de fútbol local-, la tierra se abriría en Cabeza de Vaca.

Primero se llevó el barrio de El Paraíso, luego Todoque y confía en que la colada no sobrepase La Laguna. "Siendo grave lo que ha ocurrido hasta ahora, todavía puede serlo más, porque aún hay muchas viviendas y fincas por ahí abajo".

González señala que a pesar de que el volcán está más parado le tiene "más miedo que cuando no para de largar lava".

Saro Prieto



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