Tokio, 13 sep (EFE).- El exministro japonés de Asuntos Exteriores Fumio Kishida, candidato a liderar el partido gobernante nipón y a ser el próximo primer ministro, buscará renovar las políticas económicas y cooperar para lidiar con potenciales amenazas de China o Corea del Norte.
Así lo señaló el parlamentario, uno de los tres candidatos en las primarias que el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón celebrará el próximo 29 de septiembre con motivo del final del mandato al frente de la formación del primer ministro Yoshihide Suga, que ha anunciado que no concurrirá a la reelección.
En Japón, el líder de la fuerza política más votada ocupa el cargo de primer ministro, por lo que el nuevo presidente del PLD estará en el puesto hasta las elecciones generales que el país debe celebrar antes de finales de noviembre por el final de la legislatura.
Kishida, de 64 años, esbozó en una rueda de prensa celebrada este lunes en el Club de Corresponsales Extranjeros de Tokio las claves de su programa, basado en medidas para afrontar la covid-19, una renovación económica que busca romper con la estrategia "Abenomics" (el plan estratégico desplegado por Shinzo Abe tras su vuelta al poder en 2012) y políticas de cooperación para fortalecer la imagen internacional de Japón.
El exministro, que ya expuso sus propuestas en la Dieta (parlamento), habló sobre los beneficios y el crecimiento que ha traído la actual estrategia económica nipona, vigente desde 2013, pero dijo que las mismas políticas han creado una brecha financiera y social que la pandemia ha acentuado y que hay que subsanar.
En el ámbito de las Relaciones Internacionales, el parlamentario señaló que quiere fortalecer la cooperación y mencionó, sin profundizar, el espinoso estado actual de las relaciones con China.
Pekín es el principal socio comercial de Tokio (Japón es el segundo para China) y mantienen intercambios a varios niveles. "Mi posición es seguir con el diálogo", dijo Kishida.
Al mismo tiempo, China viene incrementando su actividad militar en aguas colindantes y en torno a las islas Senkaku (administradas por Japón pero reclamadas por Pekín y otros países), y ampliado su influencia a través de iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda.
"Japón tiene que ver cómo responde a esta iniciativa", dijo en este sentido Kishida. "No quiere decir que me oponga a ella, (...) pero habrá que ver cómo Japón y otros países responden", añadió.
Natural de Hiroshima, donde se encuentra su distrito electoral, en el que ha sido reelegido consecutivamente desde 1993, Kishida también se refirió a la dirección que tomaría su Administración en la cuestión nuclear, tanto energética como armamentística.
En lo que se refiere al uso de la energía nuclear, Kishida se mostró en consonancia con la política actual del Gobierno y el uso de las centrales que se haya confirmado que son seguras en el país para lograr el objetivo de la descarbonización para 2050.
"No podemos depender sólo de las energía renovables, necesitamos tener más opciones" para hacer que el proceso sea sostenible, dijo Kishida en una posición idéntica a la de su rival en las primarias Taro Kono, actual ministro de Reforma Administrativa y gestor de la vacunación de la covid-19 en el país.
La tercera candidata que ha formalizado su presentación a las primarias, Sanae Takaichi, no aboga sólo por la reactivación sino por el incremento de este tipo de centrales.
En lo que respecta al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que Japón se muestra reticente a firmar, Kishida apuesta por mantener esta postura debido a que "ninguna de las potencias nucleares lo ha firmado".