La Habana, 27 sep (EFE).- Familias enteras, grupos de amigos y parejas han llenado los restaurantes y cafeterías de la capital cubana en los primeros días de la reapertura de estos espacios tras un año y medio cerrados al público por la pandemia.
La vacunación masiva contra la covid-19 y la necesidad de oxigenar la economía afectada por las restricciones dieron paso a la desescalada esta vez en otras cinco provincias: Mayabeque (occidente), Cienfuegos, Ciego de Ávila (centro), Santiago de Cuba, Guantánamo (oriente), y el municipio especial Isla de la Juventud.
Aunque no han controlado los contagios totalmente, esas regiones comenzaron a recibir clientes ansiosos por "respirar aire fresco" y "salir de casa", tal y como comenta a Efe Ernesto Labrada.
El joven dueño del bar-cafetería Antojos en la Habana Vieja considera que la reapertura tendrá un "efecto positivo" para los negocios privados y será "espectacular" volver a tener público después de tanto tiempo solo brindado servicio a domicilio.
Más de 500 establecimientos de la gastronomía estatal y privada en la capital cubana comenzaron a recibir clientes hasta las 9.30 de la noche, ante la extensión de la limitación del horario de movimiento desde las 10.30 de la noche.
Esos lugares deben cumplir con las medidas sanitarias de protección a los comensales, velar por la manipulación correcta de la comida, mantener la ventilación natural, aforo limitado y la distancia de unos dos metros entre las mesas.
Las reservas por teléfono o vía digital también asoman en este nuevo paso hacia la gradual reapertura de otras regiones del país y del turismo internacional a partir de noviembre.
Uno de esos espacios que se ha acoplado es el Paseo Marítimo de 1ra y 70, en el municipio habanero de Playa, donde están ubicados varios restaurantes y cafeterías con vista al mar.
En uno de ellos, Suset Serra manifestó a Efe su alegría "de poder estar juntos de nuevo", brindar servicios y además aliviar la economía de muchos trabajadores que son el sustento familiar.
Sin embargo, mostró su preocupación por la situación sanitaria, que no está del todo controlada.
Moraima Cabrera, propietaria del restaurante Bon Apetit, también en habanero paseo, llamó a todos a aprender a convivir con el virus y exhortó a respetar las medidas de seguridad para "no tener que cerrar de nuevo".
La reanimación de los servicios -incluidos los notariales y de los registros civil y de la propiedad- ha sido esperada por unos y criticada por otros que, aseguran, no es aún el momento.