Preferir alimentos nutritivos ricos en fibras y antioxidantes, caminar o ejercitarse físicamente de cualquier manera, evitar el tabaco y el alcohol, dormir bien y aprender a manejar el estrés, son algunas de las recomendaciones básicas para mantener un estilo de vida más sano.
Aunque los expertos reconocen ampliamente que tomar decisiones saludables no siempre es fácil –porque implica cambiar rutinas y comprometerse plenamente encontrando el tiempo y la energía para hacer ejercicio con regularidad o preparar comidas más nutritivas– con el solo hecho de dar esos primeros pasos en el camino correcto, usted empezará a motivarse con cambios por el bienestar de su vida.
El Instituto Nacional de la Diabetes, Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) reconoce que cambiar los hábitos/rutinas es un proceso que implica varias etapas: visualización, preparación, acción y mantenimiento.
Y aunque se pueden enfrentar muchos obstáculos en el camino, recuerdan que al adoptar hábitos nuevos y más saludables nos estamos protegiendo de problemas de salud graves como la obesidad y la diabetes.
“Los nuevos hábitos, como la alimentación saludable y la actividad física regular, también pueden ayudarlo a controlar su peso y tener más energía. Después de un tiempo, si se adhiere a estos cambios, pueden convertirse en parte de la rutina diaria”, subraya el NIDDK.
Para lograr, y empezar a ver los resultados, sin necesidad de modificaciones bruscas en la rutina diaria, los especialistas del Centro Médico de la Universidad de California en San Francisco recomiendan:
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Realizar actividad física durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
Divida esto en tres sesiones de 10 minutos cuando tenga poco tiempo. El movimiento saludable puede incluir caminar, hacer deportes, yoga, bailar, correr u otras actividades que usted disfrute.
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Consuma una dieta bien balanceada y baja en grasas con muchas frutas, verduras y granos integrales. Elija alimentos bajos en grasas saturadas y colesterol, moderada en azúcar, sal y grasa total.
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No fume, o deje de hacerlo si ya es un hábito. Pida ayuda a su proveedor de atención médica.
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Si acostumbra a beber alcohol, hágalo con moderación y nunca tome mientras maneja.
Es posible que muchas de esas iniciativas afecten temporalmente el estado de ánimo.
Por ejemplo, si alguien siente que “no puede vivir” sin café o arroz, quitarlos completamente conllevará malestares: tal vez un leve dolor de cabeza por algunos días, malhumor y hasta irritabilidad.
En ese momento, hay que mantenerse firme con fuerza de voluntad, optando por avanzar poco a poco hacia las metas propuestas.
“Los cambios duraderos en el estilo de vida y el comportamiento no ocurren de la noche a la mañana. La fuerza de voluntad es una habilidad aprendida, no un rasgo inherente. Todos tenemos la capacidad de desarrollar destrezas para hacer que los cambios duren”, aseguró hace más de una década la Dra. Katherine Nordal en una publicación de la Asociación Estadounidense de Sicología (AAP, por sus siglas en inglés).
