El Bueno, La Mala y El Feo
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Con sabor a pasta…pero sin carbohidratos

por Yahaira Webber (yahaira.webber@lamegamedia.com)


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¿A quién no le gusta comerse un buen plato de pasta? 

Entre los estilos de vida saludables se encuentran las opciones para aquellas personas que evitan el exceso de carbohidratos.

Para ellos no hay nada mejor que disfrutar del sabor de la pasta pero en una base de vegetales.

Cuando esta es la situación, salen alternativas para no privarse y que son más sanas. 

¿Será posible comer pastas sin carbohidratos?

La respuesta es, ¡sí se puede!

Espagueti amarillo

Este se hace con una variedad de calabaza que en inglés se conoce como “spaghetti squash”. 

Es ovalada y se asemeja mucho al color y forma de la fruta de cacao; tiene el nombre de “spaghetti” por su textura fibrosa.

Se debe cortar por la mitad, limpiar y llevar al horno con sal al gusto en un molde con un poco de agua hasta que suavice.

Luego se toma un tenedor y se raspa toda la pulpa para tener delicadas tiras amarillas en forma de espiral.

Se acompaña con la salsa favorita, quesos y sazonador italiano. 

Fideos de calabacines

Esto se logra con una maquinita “mágica” y barata, en la que se pone el calabacín, se presiona y resultan perfectos hilos del tamaño y grosor de un fideo. 

Lo rico de esto es que ni siquiera sabe a vegetal.

Cuando todo está en espiral se seca muy bien con papel toalla y se coloca en una sartén con sal al gusto, aceite de oliva y ajo.

Al saltear y cocinar al vapor el calabacín pierde su textura fibrosa, absorbiendo el sabor de la salsa. 

Usted puede comerlos con lo que más le guste: pollo, pavo o carne molida, camarones, mariscos mixtos o tal vez hongos para los gustos vegetarianos/veganos.

Es la receta perfecta para cualquier persona diagnosticada con diabetes, que intente reducir el azúcar en sangre o que siga una dieta cetogénica. 

Contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales: vitaminas A, C, B y potasio, por nombrar algunas.

Lasaña de berenjena  

Ni siquiera pensará en la pasta original después de que pruebe esta delicia.

Si no le gusta la berenjena, sustituya por calabacín amarillo o el verde.

La base es cortar rodajas de cualquiera de estos dos vegetales para que reemplacen las capas tradicionales de las láminas de harina.

Después de cortarlas se secan bien, se espolvorean con sal y se dejan a un lado mientras se prepara la salsa al gusto y con la proteína que quiera.

Complementará alternando con capas de requesón lavado y colado, hongos, queso mozzarella y parmesano; sazonador italiano u orégano.        

¡Que lo disfrute!



 
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