San Sebastián (España), 20 sep (EFE).- Yann Andréa, el joven amante de Marguerite Duras durante sus últimos dieciséis años de vida, dejó constancia en unas casetes de lo que estaba siendo para él el comienzo de esa relación. Claire Simon ha llevado ese proceso de grabación a "Vous ne desiréz que moi" para contar simplemente una historia de amor.
Con esta película, traducida al inglés como "I Want to Talk About Duras", la realizadora francesa, nacida en Londres, compite por primera vez por la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián.
Simon ha presentado este lunes en rueda de prensa su nuevo trabajo junto a los actores Swann Arlaud, que da vida al atormentado amante, y Emmanuelle Devos, que interpreta a Michèle Manceaux, la periodista que grabó y guardó inicialmente unas cintas que Andréa nunca recuperó.
La cineasta ha asegurado que Duras ha sido una de las escritoras con las que ha crecido -"no soy una 'groupie' ha aclarado- y que, al conocer los textos de esa confesión a raíz de un libro publicado en 2016, se sintió "impresionada" y le interesó trasladar al cine "ese deseo de Yann de ser grabado".
"Pero lo que quería mostrar era una historia de amor entre dos personas que, como amantes medievales, se escriben como trovadores hasta que llega el encuentro, y más tarde la destrucción de ese amor", ha explicado la realizadora sobre una relación que comenzó en 1980 y terminó en 1996 cuando murió la autora francesa, también guionista y directora.
Yann Andrèa pidió a la periodista que grabara su testimonio en 1982. Cuenta el inicio de ese vínculo que él comenzó a tejer a base de cartas a las que Duras, 38 años mayor, nunca contestaba, aunque sí había conservado como supo más tarde, una vez que la escritora decidió ponerse en contacto con él.
En esta historia a la que la Simon busca dar una dimensión universal, Duras sale inevitablemente retratada. Su torturado amante, cuya homosexualidad ella rechaza, la dibuja como una mujer dominante y absorbente que invitaba "a la violencia y a ser golpeada" y que pese a sus "excesos" con el amor, la bebida o la comida, "nunca tenía suficiente".
Simon, directora también de documentales, ha insistido en que ella no distingue entre un género y otro, que lo que hace es "cine". En este caso, una ficción "con fragmentos híbridos", ya que introduce imágenes firmadas de la propia escritora y acuarelas con escenas de sexo pintadas expresamente para la película.
"El desafío era cómo mostrar la relación sexual y lo mejor fue con los dibujos. El sexo, el abrazo, era algo que se podía enseñar por medio de ilustraciones que tuvieran movimiento, que fuesen tórridas, pero que hablasen al mismo tiempo del sexo y de los sentimientos", ha explicado.
El personaje de Emmanuelle Devos es el de alguien que sobre todo escucha, un papel que la actriz llevaba tiempo esperando. "Me gustaba esa idea de trabajar únicamente con la expresión facial", ha asegurado.
Más difícil lo tenía a priori Swann Arlaud, que ha tenido que manejar una forma de expresión "bastante literaria", pero ha afirmado que no tuvo que aprender de memoria los textos y fue un trabajo "placentero". "No se trataba de que yo me pareciese a Yann Andrèa, sino de declamar con sinceridad", ha precisado.