La Catrina y El Catrín llegaron a Columbus. Gael y Laila crearon sus disfraces inspirados en estas icónicas figuras de la cultura mexicana relacionadas con el Día de los Muertos, una festividad que se celebra en México y en otros países para honrar a los difuntos.
El atuendo de ella era elegante y detallado, destacando la creatividad como protagonista. Estaba hecho de periódicos reciclados doblados en pliegues para formar una hermosa falda circular. Su blusa presentaba mangas formadas por diversas tiras que parecían lucir por sí solas al mantenerse estáticas.
La cintura de la niña se adornaba con un fajón naranja de papel china, que combinaba con una corona del mismo color. Su rostro estaba cubierto de pintura blanca, naranja y negra, con un corazón en la frente.
El Catrín lucía un atractivo sombrero alto de cartón en color negro con una tira de tonos fluorescentes y dorados, adornada con recortes de calaveras, huesos, murciélagos y una calabaza, enmarcando perfectamente el diseño de su rostro.
Su saco era largo y confeccionado a partir de pequeños recortes de papel café. Los botones estaban hechos con tapas de botellas de plástico y el conjunto se completaba con un moño naranja y negro que combinaba a la perfección con su adorada Catrina.
La elaboración de estas vestimentas fue el resultado de un trabajo en equipo. La familia Ramos Sánchez, originaria de Oaxaca, México, y residente de Columbus, se embarcó en una búsqueda en los mercados locales durante varios días para recolectar los periódicos que la gente ya no leía. Poco a poco, lograron reunir una cantidad considerable de material necesario para confeccionar los trajes de La Catrina y El Catrín.
Silvano Ramos, el padre de la familia, es un pintor de profesión, y contribuyó utilizando los retazos de papel que solían sobrar en su trabajo cuando cubrían el suelo para evitar mancharlo. “Mi esposa quería hacer algo diferente, algo que llamara la atención de la gente”, comentó. “Después de llegar de trabajar a casa, mi esposa me ponía a recortar papel”, añadió riéndose.
La idea original surgió de Catarina Sánchez, la madre de los niños. Gael, de tan solo nueve años, se unió a la causa ayudando con el recorte y el pegado del papel, mientras que Laila, de cuatro años, se encargó de recoger los pedacitos sobrantes.
En conjunto, todos se involucraron en el proceso, cortando, pegando y construyendo los disfraces. Además de los trajes en sí, este proyecto también generó momentos de convivencia familiar inolvidables.
Este Catrín y Catrina formaron parte de los participantes en el concurso de disfraces organizado por La Mega Media, Inc. el miércoles 25 de octubre en el concesionario Toyota West de Columbus.
Entre los participantes se encontraban dinosaurios, una Gatúbela, un dragón, el muñeco Chucky, una princesa, Spiderman y, por supuesto, El Catrín y La Catrina, entre otros.
El objetivo era pasar una tarde entretenida y divertida en familia, con actividades infantiles como juegos de obstáculos y saltos para ganar golosinas. También había una fila de automóviles en el “Trunk and Treat”, donde los patrocinadores, como Toyota West, Educational Solutions, Casas Columbus, Dulce Mundo, JR Entertainment y Flecha Law, distribuyeron dulces a todos los asistentes. El evento culminó con el concurso de disfraces, en el que los ganadores recibieron premios en efectivo de $300, $200 y $100 dólares.
Los jueces fueron miembros de la comunidad, que con sus aplausos determinaron a los ganadores. La Catrina y El Catrín obtuvieron el primer y segundo lugar respectivamente. Sin duda, su ingenio y creatividad los hicieron destacar, dejando la moraleja de que se pueden crear disfraces creativos a través del reciclaje.
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FOTOS: (La Mega Media, Inc./Angie Perdomo)