Bruselas, 8 oct (EFE).- Recorrer las más de seis décadas de producción artística del pintor y fotógrafo británico David Hockney es la propuesta de una exposición que se inaugura este viernes en Bruselas para mostrar la trayectoria vital y profesional de una de las últimas grandes figuras con vida del Arte Pop.
“Más de cien pinturas, dibujos, grabados y fotografías nos cuentan una historia realmente interesante y nos llevan a un viaje muy importante a través de la carrera de David Hockney en los últimos 60 años”, explica a Efe Helen Little, comisaria de la colección procedente de Tate (Galería Nacional de arte británico).
Un viaje que invita a surcar por los diferentes estilos que han caracterizado la obra de Hockney y a ver su evolución década a década, una de las cosas más especiales de esta exposición, asegura Little quien antes de la pandemia llevó la exposición hasta Seúl y Pekín.
Así, en el filo de los años 50, cuando Hockney comenzó su carrera, cultivó un arte abstracto con representaciones de cuerpos emergentes, pero ese abstractismo se fue concretando con los años y esas líneas borrosas se fueron definiendo dando paso a una de sus grandes colecciones más conocidas, la centrada en la ciudad estadounidense de Los Ángeles.
Little explica que “Hockney es sinónimo de Los Ángeles y de California y de sus famosísimos cuadros de piscinas y aspersores, de las casas modernistas y su fascinación por representar el agua y las superficies altamente reflectantes”, y añade que el artista británico siempre ha estado comprometido con que su arte pueda ser accesible para el gran público.
En los 80 su trabajo se conjugó con las nuevas tecnologías, una de las características más destacadas de su creación, en concreto con la digitalización del arte.
“Su relación con las nuevas tecnologías no sólo surgió con el lanzamiento del iPhone. Su compromiso con las nuevas tecnologías se remonta a décadas antes y supongo que en los años 80 fue uno de los primeros artistas en empezar a utilizar la tecnología de dibujo en los primeros ordenadores. Estaba fascinado y fue invitado a crear imágenes utilizando esa tecnología”, revela la comisaria.
En este tiempo el cubismo de Picasso se cruzó en su creación artística e incorporó como suyo ese ideal de cómo los cuadros cubistas obligan al ojo y al cerebro a mirar las imágenes de la misma manera que lo hacemos en la realidad, empezando así una nueva era en la que la fotografía centraría gran parte de su trabajo.
Porque, a juicio del artista, los seres humanos “no vemos el mundo como lo ve una cámara, no estamos encerrados en este momento congelado en el tiempo”, manifiesta Little, por lo que cuando comienza a centrarse en pintar paisajes se compromete a reflejar una gran “cantidad de sentimiento y expresión”.
Toda esa trayectoria vital y artística confluyen en una de sus grandes obras, una gran panorámica de siete metros con Hockney de pie como protagonista en su estudio de California y que es toda una “declaración extraordinaria del artista” para decir “este soy yo, mi estudio, aquí es donde trabajo y aquí es donde hago mis propias reglas para mi arte”, opina la comisaria.
REDESCUBRIENDO LA PRIMAVERA
Como broche final, la primavera abarca las últimas obras que el pintor británico, aún en activo, dibujó durante el año de la pandemia. “La llegada de la primavera” bautiza a este trozo de la exposición con decenas de cuadros que recrean una de las estaciones que más ha inspirado a artistas de todos los gremios.
Lleno de nostalgia por una juventud no vivida, Antonio Machado escribía, sobre este momento del año, cómo la llegada de la primavera cuando "besaba la arboleda" hacía que “el verde nuevo brotaba como una verde humareda”, mientras las nubes pasaban sobre el campo juvenil.
Un sentimiento similar transmite estas obras de Hockney donde, en casi la mayoría de cuadros, árboles con hojas prematuras son los protagonistas juntos a colores propios de la primavera.
Manteniendo esa espíritu de admiración por las formas y el propio paso de la naturaleza, la exposición invita a un redescubrimiento de la primavera desde un punto de vista casi inocente e infantil en tanto que la fascinación que recrea en sus cuadros por esta estación parece el de una persona que se encuentra en pleno proceso de descubrimiento de los misterios del mundo.
Cierra este apartado un pequeño mensaje en el que trata de personificar a la propia primavera. “El final de la primavera de 2020. Fue muy emocionante. Estaré de vuelta el próximo año. Vida de amor”, fechado en el solsticio de verano.
Jorge Ocaña