¿Tiene más de 40 años y siente que el maquillaje se resquebraja en zonas específicas?
¿Se ha dado cuenta que cuando sonríe algunas líneas de expresión tienden a notarse más? ¿Aunque bebe varias botellas de agua al día, aún se refleja en el espejo un rostro reseco y cansado?
Si alguna de estas preguntas se identifica con usted, créame que no está sola porque de la misma manera también me he sentido yo.
Esa sensación del maquillaje que no queda perfecto, la desesperación de pasar por mil filtros las últimas fotos y el sentimiento de traición que se reflejó en el espejo justo antes de dormir, en realidad significa que probablemente usted necesita dar un poco de cariño a su rostro con una acción inmediata llamada hidratación.
Desde que empecé a maquillarme en la adolescencia mi madre y mi abuela parecían discos rayados diciéndome que “por nada en el mundo” me podía acostar sin limpiarme el rostro.
“Lávate la cara, no te duermas con el maquillaje porque dentro de unos años lo vas a lamentar”, decía mi abuelita, y el mismo mensaje lo ha continuado mi mamá.
De ellas aprendí que el primer compromiso en una rutina del cuidado facial es mantener la piel limpia, libre de impurezas y siempre bien hidratada.
Gracias a esos continuos regaños de joven, en mi familia nadie padeció de acné y aprendí que antes de irme a la cama, inmediatamente me lave los dientes, debo proceder con la rutina de limpieza facial.
Para ello no hay que pensar en productos de costosas marcas: un jabón Dove blanco ($1.99), un cepillito removedor de impurezas ($3.99), un exfoliante o granulado de St. Yves para remover células muertas ($4.99) y un tarrito de la antiquísima crema Pond’s –que conozco desde los tiempos de mi abuela– ($5.99) pueden hacer la diferencia sin necesidad de gastar tanto.
Y hablando de arrugas, especialistas de dermoexpert.com explican cómo sufre nuestra piel durante el proceso natural de envejecimiento.
“A medida que envejecemos, nuestra piel se vuelve más delgada, produce menos colágeno y elastina, lo que significa que no se repara tan bien y no está tan tersa ni húmeda, lo que a su vez hace que nuestras líneas de expresión y arrugas persistan”, afirma la dermatóloga Noelani González, especialista del Mount Sinai Health System en un artículo publicado por Catrina Bernard.
Entonces, tomando en cuenta que las cremas humectantes son armas poderosas en la guerra contra la flacidez y las indeseables líneas de expresión, aquí les comparto algunas opciones “buenas, baratas y beneficiosas” que usted puede conseguir fácilmente en farmacias y supermercados sin sacrificar su cartera o alterar el presupuesto familiar:
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EUCERIN (Q10 Anti-Wrinkle Face Crème) $11
Se compone de un antioxidante llamado coenzima Q10, vitamina E y betacaroteno para proteger contra los radicales libres e hidratar profundamente la piel.
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ROC (Retinol Correxion Deep Wrinkle Night Cream) $17
Tiene el potencial de unificar las tonalidades de la piel, además de corregir las manchas oscuras y suavizar el aspecto de las cicatrices del acné.
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OLAY (Regenerist Micro-Sculpting Cream) $18
Esta crema antiedad es una de las más populares. Tiene estimulantes como vitamina B3, amino péptidos, ácido hialurónico y antioxidantes para una apariencia hidratada y tersa.
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DERMA E (Anti-Wrinkle Renewal Cream) $20
Esta crema de noche contiene vitamina A, vitamina E, alantoína y pantenol para suavizar las líneas finas y aportar nutrición.
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CLINIQUE (Smart Clinical Repair Wrinkle Correcting Cream) $26
Este humectante ultra nutritivo está diseñado para reducir visiblemente las líneas y arrugas para una piel flexible y de apariencia más joven.
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L’ORÉAL (Revitalift Triple Power Anti-Aging Moisturizer) $28
Tiene retinol, ácido hialurónico y vitamina C. Este potente trío suaviza, rellena e ilumina la piel simultáneamente.
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NEUTROGENA (Rapid Wrinkle Repair Retinol Regenerating Cream) $41
Libera lentamente el retinol en la piel y tiene ácido hialurónico. Actúa sobre las arrugas existentes, incluidas las patas de gallo y al mismo tiempo previene la aparición de otras.
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*Las cremas humectantes son armas poderosas en la guerra contra la flacidez y el envejecimiento prematuro. (PXL/Carolina Grabowska)
