Madrid, 20 dic (EFE).- Para poner fin a la guerra en Ucrania es necesario seguir rearmando a su ejército, ya que en la situación actual, con parte de su territorio ocupado por los rusos, iniciar un proceso de negociación con Moscú sólo prolongaría el conflicto, dijo hoy a EFE el ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis.
El jefe de la diplomacia lituana, que se encuentra de visita oficial en Madrid para conmemorar el centenario del inicio de contactos diplomáticos entre su país y España, habló de la invasión rusa sobre el país vecino al que, según indicó, hay que seguir proporcionando ayuda militar para que recupere su integridad territorial.
NEGOCIAR CON RUSIA AHORA SERÍA REPETIR ERRORES DEL PASADO
En su opinión, sólo cuando Rusia salga de Ucrania podría iniciarse un proceso de negociación para establecer nuevos parámetros geopolíticos en la zona, y hacerlo ahora sólo permitiría a los rusos ganar tiempo para iniciar una nueva fase de la invasión.
"Ya negociamos con Rusia en 2014 (cuando Moscú ocupó Crimea). Obligamos a Ucrania a negociar. Y hubo un acuerdo de Minsk, otro bajo el formato de Normandía. Y eso no nos llevó a ninguna parte. Solo dio tiempo a Rusia para restaurar y modernizar su ejército y prepararse para un nuevo ataque", explicó Landsbergis en una entrevista con EFE.
"No debemos cometer el mismo error", insistió. "Así que para que la guerra termine más rápido, necesitamos hacerlo en el campo de batalla", lo que supone "enviar cohetes de gran alcance. Tenemos que enviar tanques o incluso debatir el uso de aviones (...) para romper el impulso que ha tomado Rusia, que quiere estabilizar lo que ya ha ocupado" en Ucrania.
LAS SANCIONES A RUSIA, EFICACES PARA AISLAR A MOSCÚ Y UNIR A EUROPA
El responsable de la diplomacia lituana calificó las sanciones impuestas a Rusia desde Occidente como "definitivamente eficaces".
"Rusia está aislada, probablemente sea el país más aislado de todo el mundo, aparte quizás de Corea del Norte, que era lo que queríamos lograr con las sanciones", precisó.
En su opinión, estas medidas han logrado, por un lado, "que la maquinaria militar rusa, que dependía completamente de la tecnología occidental, no pueda conseguir lo que necesita para producir más armas. Y eso dificultará su posibilidad, no solo de ganar la guerra en Ucrania, sino también de iniciar un nuevo conflicto".
Y también se ha conseguido mermar los ingresos que reciben de la venta de sus recursos naturales (petróleo, gas, minerales...) que usan para "librar sus guerras".
"Fueron dos logros, pero creo que tuvimos más éxito con el primero. Creo que su industria militar está muy afectada, mientras las sanciones económicas occidentales van por buen camino", añadió.
Para Landbergis, el acuerdo para imponer "sanciones históricas" a Rusia no fue "nada fácil de lograr" pero ha tenido ventajas para la Unión Europea (UE), ya que ha reducido "nuestra dependencia de países no democráticos" y eso significa "que tenemos este impulso para reescribir el futuro económico y energético de Europa" que pasa por tener un futuro "más verde" e independiente.
BIELORRUSIA, EL VECINO INCÓMODO
El ministro de Exteriores mostró también preocupación por el papel que en el futuro pueda adoptar Bielorrusia en el conflicto, el único aliado de Moscú en la zona, y "aunque actualmente no tenemos ningún dato de inteligencia que apunte a ningún peligro, mantenemos una frontera de 700 kilómetros con los bielorrusos, por lo que observamos muy de cerca la situación", reflexionó.
"En este momento, creo que el mayor peligro es que Bielorrusia pueda abrir lo que se denomina el segundo frente en el sur (fronterizo con el norte de Ucrania). Eso está muy cerca de Kiev. Está muy cerca de la capital de Ucrania. Además, hay algunos objetivos estratégicos en las cercanías", insistió.
"Imagino que (el presidente de Bielorrusia, Aleksandr) Lukashenko está bajo presión. Ha estado preparando su ejército. Se han estado entrenando. Han estado vigilando a sus ciudadanos, por así decirlo, pidiendo a la gente que se presente en los puestos de control", dijo.
Eso demuestra que "hay una preparación. Por lo tanto, nos lo estamos tomando muy en serio. Y sé que los ucranianos se lo están tomando muy en serio. Y, lamentablemente, podría cambiar la situación en el frente y espero que podamos hacer todo lo posible y lo más rápido por nuestra parte" para impedirlo.
Rafael Molina